La velocidad de la vacunación incide en la apertura de los países a un turismo represado que busca encauzar a millones de viajeros, urgidos de saltar confinamientos legales y emocionales. Viajar hoy es salud mental, reencuentro con el yo universal, sentir la libertad de respirar otros aires y admirar nuevos paisajes.
El turismo fue lo más afectado por la pandemia y lo más manoseado por los gobernantes: de un país a otro, las restricciones o no han existido o aún se mantienen, creando un caos del que se enriquecen la medicina, plásticos, delivery, etc., en detrimento de los viajes y lo que nos inspiran: la magia de vivir.
En medio de este mar de incertidumbres, llegó la primera mega feria presencial B2B de turismo, la WTM Latín América que nos convocó a 19 000 profesionales de 50 países con 600 expositores y prensa internacional; provocando una inyección a LA de miles de noticias cargadas de júbilo, revestidas de paisajes, con optimismo que invita, sabores que convocan y sonrisas que animan, como la de Simon Mayle, Director de la WTMLA el súper anfitrión de los ministros y altos funcionarios y las suntuosas presentaciones de sus países, como Argentina que ganó al mejor stand; o la de Thaiz del Ben, impecable en la organización de docenas de charlas sobre tecnologías, diversidad y sustentabilidad, cuyos premios encumbran a sus ganadores.
El networking: el hacer contactos para generar nuevos proveedores, negocios, alianzas; es una fortaleza de esta feria, con Perú y Colombia con gigantescos stands, pero no Ecuador.
Caminar entre miles de personas sin mascarillas, vernos los rostros sonrientes, abrazarnos con fuerza por saber que estamos vivos y tenemos un planeta por recorrer, fue mágico; algunos terminaron con la mascarilla en la garganta al sentir la eficiente bioseguridad y hablaban en voz alta, carcajeaban y contagiaban alegría. Gracias a Marcia Leite mi anfitriona y responsable de esa explosión informativa continental de buenas noticias sobre las bellezas de Latinoamérica que aún nos falta disfrutarlas.