¡Alto allí! ¿Está por salir a comprarse un thriller de Dan Brown o Tom Clancy? No se azote ni gaste plata, abra los periódicos y léase el thriller de Crimea. Tiene todo, espías, complots, montajes, incluso meteduras de pata.
Es una verdadera obra de arte, que cada vez que leemos encontramos algo nuevo y diferente (a diferencia de las obras de Brown). Después de la primera temporada (capítulos Euromaidan), ¿cuáles son las lecciones que nos deja la segunda temporada (capítulos Crimea)? “Fuck the EU” fueron las palabras de Victoria Nuland, portavoz del Departamento de Estado de los EE.UU., en una conversación telefónica con su embajador en Kiev, que los espías rusos decidieron divulgar con el objetivo de desbaratar aún más la coordinación entre esos dos bandos. La lección está a la vista de todos, sin una cooperación efectiva europea y americana, los rusos consiguen sus objetivos sin despeinarse.
Frente a todo lo que los manifestantes proeuropeos ucranianos consiguieron -con sangre y sacrificios- con la salida del expresidente Yanukóvich; por falta de un fuerte apoyo internacional, los rusos saldrán aún mejor parados que si las revueltas no se hubieran dado. En un abrir y cerrar de ojos, Rusia se está haciendo con la perla geoestratégica de Crimea.
Tras la huída del expresidente, aumentaron las tropas rusas en Crimea, desaparecieron activistas pro ucranianos, se organizó un referéndum únicamente regional (convocado para apenas 10 días, sin debate, sin seguir las normas de la Constitución ucraniana y que los medios internacionales calificaron de “farsa”), tras esta victoria el domingo, el lunes el Parlamento crimeo declaró la independencia, solicitó la anexión a Rusia y anunció la adopción del rublo ruso, el día siguiente Putin firmó el tratado para la adhesión de Crimea… no hubo tiempo ni para respirar.
El discurso de Putin antes de la firma del tratado fue magistral. Invocó, entre otras razones, la independencia de Kosovo como un precedente histórico. Enseguida pensé en el premio Nobel de la Paz, el expresidente finlandés Martii Athisaari, artífice de ese proceso independentista. Lo conocí en Tokio, me acuerdo que me dijo ser uno de los pocos ecuatorianos que había encontrado. Su explicación del proceso kosovar fue nítido; era claro que había normas internacionales que se habían roto, o habían evolucionado, pero había principios éticos y pacifistas que debían ser mantenidos y que esas normas no permitían.
De acuerdo, pero eso permite a Rusia invocar esas mismas rupturas o evoluciones para su caso de Crimea. Occidente cosecha lo que sembró. Athisaari es uno de los candidatos para mediar en el actual conflicto; va ser interesante ver si intenta justificar que Crimea no es Kosovo.