Un proceso de sustitución de importaciones vale la pena si construye una plataforma para crear más exportaciones, pues, si solo sustituye, los costos son altos e impactan negativamente en los consumidores.
El Ecuador ya es un mercado grande para ciertos productos de consumo masivo, lo que daría lugar a un proceso virtuoso de sustituir y exportar más. La Cepal, al fomentar este modelo, siempre abogó por complementar la producción de nuevos productos nacionales con importantes excedentes exportables, pero muchas veces los países no pudieron por la pequeñez de sus mercados y por la oposición de las empresas transnacionales que desean seguir vendiendo productos terminados en otros países.
Pero lo que hizo nuestro país en el siglo pasado en materia industrial se cimentó en la sustitución de importaciones y lo que avanzó, debido a la integración andina, fue precisamente la producción de manufacturas que hasta ahora se intercambian libres de impuestos entre los países andinos.
Entonces el Ecuador ya sabe producir para exportar y ahora es necesario impulsar este proceso con mucha fuerza para disponer de dólares para seguir importando, ya que el precio del petróleo seguirá plano y porque no tenemos moneda propia para hacer política monetaria y cambiaria.
Los convenios que está haciendo el Gobierno con algunas empresas van encaminados a restringir las importaciones, a controlar que mejore la calidad de lo que se compra al exterior, a propiciar que se hagan partes y piezas sencillas, como envases y tapas de plástico, pero no se ve un programa grande de sustituir importaciones como plataforma para exportar más.
Probablemente se disminuirá un poco el volumen y el valor de las compras al exterior, pero no se hará más producción importante en el país. La empresa privada no debe esperar para exportar más sus productos, incluso para asegurar su propia provisión de dólares ante un futuro incierto.
Entonces sí se podrá negociar acuerdos convenientes para abrir recíprocamente mercados porque la autarquía no conviene al país en forma alguna. El Ecuador no podrá abrirse si solo va embarcarse en un proceso de sustitución muy sencillo. Hay que hacer un esfuerzo mayor si se quiere hacer algo que realmente impacte en la diversificación productiva México, Colombia, Perú y Chile, que forman la Alianza del Pacífico, han podido abrir sus mercados recíprocamente porque han sustituido ciertas importaciones a base de sus mercados internos grandes y pueden competir parcialmente con los países con los cuales han suscrito Tratados de Libre Comercio, como Estados Unidos, Canadá y los 28 países de la Unión Europea, en cuyos mecanismos ya han desmantelado sus aranceles, de modo que el esfuerzo no es mayor en esta Alianza del Pacífico, pues su impacto es más político que económico.