Es loable que mediante un diálogo civilizado se hayan sentado, de nuevo, representantes de los médicos y del Gobierno, con la presencia de otras funciones e instituciones del Estado, para buscar una salida frente a los cuestionamientos al Código Integral Penal. Una de las principales preocupaciones de los profesionales de la salud ha sido el contenido de una parte del artículo 146 que establece sanciones por acciones calificadas de innecesarias, ilegítimas y peligrosas.
Es positivo que se aclare debidamente frente a las justas preocupaciones de los médicos para que puedan ejercer con tranquilidad una compleja profesión a la que recurrimos todos y que se genere confianza en el sector de la salud y no temores ni inseguridades, que pueden afectar a los pacientes.
Si bien es loable buscar la solución del problema, que se pudo evitar si redactaban bien en el sector oficial, mucho más importante es entender el papel de los médicos en un campo en el que se pone en juego la vida. Ni los médicos ni nadie pueden quedar excluidos de una norma legal, que es general para todos, pero tampoco se puede hacer con dedicatoria o que quede abierta la puerta para que fiscales y jueces, que no saben de la materia, interpreten y apliquen el artículo 146 que se refiere a ciertos agravantes. Cómo pueden laborar con la soga al cuello quienes atienden los riesgos de la salud, que puede perjudicar al ejercicio profesional y a los usuarios, algunos de ellos que despotrican en las redes sociales por respaldar la tesis oficial, con desconocimiento y sin razonamiento. Los casos puntuales de mala práctica tienen que ser sancionados pero es la excepción y no la regla.
El médico y excatedrático por 36 años, Gabriel Ordóñez, en carta enviada al Ejecutivo, en forma respetuosa pero firme advirtió e ilustró para un cabal conocimiento del tema. Él formuló varias preguntas: ¿quién determinará que es ilegítima una indicación terapéutica o un procedimiento quirúrgico si hasta entre los sabios y expertos hay diferencias de criterio bien fundamentadas y respaldadas sobre un tema particular? ¿Quiénes serán los que van a dirimir y señalar en dónde está la razón? ¿Acaso la actual justicia que ni siquiera ha demostrado total independencia? ¿Qué puede pasar con los propios médicos del sector público si no cuentan con todos los insumos, medicamentos e instrumental que no existe en el ciento por ciento? El médico Ordóñez observa lo grave que es incluir las palabras “acciones peligrosas” y pregunta ¿si acaso lo que hacen los médicos no conlleva peligro? La sola aplicación de una vacuna puede tener efectos desastrosos en las personas. Sostiene que los ejemplos pueden ser miles y solo sirven para demostrar que las ciencias médicas no son ciencias exactas y evolucionan constantemente a una velocidad del vértigo.