En la edición del sábado 5 de octubre del 2013, página 3, sección Política de diario EL COMERCIO se informa que “En Facebook, Diego Delgado dijo …” agregándose un comentario muy descomedido y hasta injurioso en contra de la Presidenta de la Asamblea Nacional, señora Gabriela Rivadeneira. Permítame, con toda consideración, encarecer que se aclare que ese comentario No corresponde al doctor Diego Cristóbal Delgado Jara, quien ha sido legislador en tres ocasiones y candidato a la presidencia de la República en 2009.
No he dispuesto jamás, ni dispongo, de sitio Facebook ni Twitter, y mal podía haber realizado algún comentario por esas vías, y menos, muchísimo menos, en los términos referidos. Todos los seres humanos merecen respeto, sin excepción alguna, por muchas que puedan ser sus diferencias. Siempre he lamentado y hasta he reprobado el uso del agravio, del insulto, del adjetivo descomedido, y de cualquier injuria en las relaciones humanas y peor en el campo de la política -más aún de carácter personal-, actividad donde deben primar las ideas, razones, argumentos, expuestos con nobleza y en base al sustento documentado y fuentes verificables de manera pública. Eso se lo puede constatar en décadas de actividad política. Por formación humanística y por elemental educación no acepto el insulto en el trato a las personas. Las discrepancias políticas o de opinión deben siempre confrontarse de manera civilizada, noble y decente; jamás por la vía de la injuria.
Debo suponer que se trata de un homónimo si no de una maniobra ajena a mi participación. No es la primera vez que miro comentarios de ese origen. Por ello mucho agradeceré se precise este lamentable episodio. Defiendo la libertad de opinión como un derecho humano irrenunciable, pero esa misma libertad y derecho debe garantizar el respeto. Por ello encarezco se aclare esta penosa circunstancia.