Parece que algún día sí vamos a ver terminada la ampliación de la vía Santo Domingo-Alóag, pero a costa de la pérdida lamentable de muchas vidas.
Lo curioso es que estas valiosas vidas que se están perdiendo (y seguro seguirán muchas más) no es de los trabajadores de la construcción, sino de los transeúntes por la ineficiente señalización de la vía, donde usted tiene que adivinar si repentinamente la vía de cuatro carriles se convierte en dos carriles.
Justamente en estos días, un joven 21 años fue víctima de este fatal descuido de la empresa encargada de esta ampliación. Conducía su pequeño vehículo y un tráiler se le vino encima. Podemos imaginar cuánto dolor deja en su familia.
Una pregunta clave: ¿Cuándo se hace la contratación, acaso no se prevén sanciones severas a la empresa que no cumple con elementales reglas de seguridad, para poder conducir, sin el temor de perder la vida?