La crisis en Venezuela, según el vicepresidente estadounidense Joe Biden, “me recuerda a épocas pasadas, cuando hombres fuertes gobernaban usando la violencia y la opresión”.
El Vicepresidente de Estados Unidos llega hoy a Chile en su segunda visita al país y su séptimo viaje oficial a la región, con una agenda que tendrá entre sus prioridades la delicada situación por la cual atraviesa el gobierno de Nicolás Maduro y que ha puesto en evidencia las divergencias políticas de los países latinoamericanos.
En una entrevista por escrito, el Vicepresidente demócrata desestima las “teorías conspirativas” con las que el Gobierno venezolano acusa a Washington de injerencia y sostiene que Estados Unidos no está interesado en pelear las viejas batallas ideológicas, sino que en buscar un objetivo común: un hemisferio “de clase media, democrático y seguro”.
Los críticos dicen que la administración Obama no presta suficiente atención a la región y que debería involucrarse más en los temas de las Américas, como la crisis en Venezuela. ¿Está preparado EE.UU. para dar un paso más allá en términos diplomáticos y, por ejemplo, involucrarse o promover un esfuerzo con otros países para ayudar a resolver la crisis en Venezuela?
La situación en Venezuela es alarmante. El Gobierno venezolano tiene una responsabilidad básica de respetar los derechos universales, incluyendo la libertad de expresión y de asamblea; de prevenir la violencia y comprometerse en un diálogo genuino en un país profundamente dividido. Existe un mejor camino para el pueblo venezolano y espero que el Gobierno lo tome. Enfrentar a manifestantes pacíficos con la fuerza (pública) y en algunos casos con milicias armadas, limitando la libertad de prensa y de asamblea -las cuales son indispensables para abarcar un debate político legítimo-, demonizar y arrestar a la oposición política y reforzar dramáticamente las restricciones en contra de los medios no es lo que se espera de democracias comprometidas con la Declaración de los Derechos Humanos y con la Carta Interamericana, y ciertamente no está a la altura de los estándares democráticos que definen la mayoría de nuestro hemisferio. (…) He estado trabajando en estos temas por mucho tiempo, en todas partes del mundo, y la situación en Venezuela me recuerda a épocas pasadas, cuando hombres fuertes gobernaban usando la violencia y la opresión; y los derechos humanos, la hiperinflación, la escasez y la extrema pobreza causaban estragos en los pueblos del hemisferio. (…) El presidente Nicolás Maduro hasta ahora ha tratado de distraer a su pueblo de los temas más importantes que están en juego en Venezuela al inventar conspiraciones totalmente falsas y extravagantes sobre EE.UU. En lugar de eso, él debería escuchar al pueblo venezolano…
¿Cómo define la relación de EE.UU. con Latinoamérica o ve usted dos Latinoaméricas?
Desde el momento en que asumió el poder, el presidente (Barack) Obama ha sido claro en que no estamos interesados en volver a pelear las batallas ideológicas del pasado en este hemisferio, y ha trabajado por un futuro de mayor integración y respeto por los derechos universales. Las Américas siempre han sido importantes para Estados Unidos, pero importan aún más hoy porque lo que sucede en la región tiene un mayor impacto en nuestra prosperidad y seguridad, más que nunca. (…) Desafortunadamente, algunos en la región se enfocan más en el pasado que en el futuro. Reconocemos que quedan algunos resabios de la Guerra Fría, de modo que las suspicacias vienen con el territorio.
Los críticos también apuntan que China está aprovechando la supuesta falta de interés de EE.UU. en la región, con tratados económicos y comerciales. Ahora Rusia dice que quiere forjar una alianza con países como Nicaragua, Venezuela y Cuba para expandir la presencia militar en Latinoamérica. ¿Es esto un desafío al poder de Washington por parte de Moscú, en una región que tradicionalmente ha estado en la esfera estadounidense?
La historia más importante no es sobre los países que están proyectando su influencia en el hemisferio occidental, sino más bien cómo los países de la región cada vez más son actores globales. Esta es una región cuyos gobiernos no están solo construyendo nuevos foros para el diálogo político y la cooperación entre ellos; también están alcanzando más allá de las Américas para afianzar relaciones comerciales con Europa, África, India y Asia. (…) Pero también hay un número importante de interesados en todo el mundo que invierten en las Américas, económica, política y socialmente, y eso incluye no solo China y Rusia, sino que también la Unión Europea, Canadá, Japón y Corea del Sur. Nuestra actitud es dar la bienvenida a las contribuciones de cualquier país que promueven activamente por nuestro objetivo común de lograr un hemisferio de clase media, democrático y seguro. Al fin y al cabo, son los pueblos de las Américas los que deben decidir quiénes están contribuyendo a ese objetivo.
Mientras China y Rusia tratan de extender su presencia en Latinoamérica, EE.UU ha establecido como una prioridad estratégica el giro a la región del Asia Pacífico. ¿Qué tan importante es la conclusión de las negociaciones del Acuerdo de Asociación Trans Pacífico y su eventual firma?
Finalizar el Acuerdo de Asociación Trans Pacífico (TPP) -que incluye a cinco países del Hemisferio Occidental- es una alta prioridad para esta administración y el Presidente y yo estamos decididos a sacarlo adelante. Nuestra motivación es clara, la agresiva agenda comercial del Presidente ha llevado a un aumento del 50% de las exportaciones de EE.UU., sumado USD 700 mil millones a nuestra producción económica, y contribuido con un tercio de nuestro crecimiento económico total.
Hoja de vida
Joe Biden, de 71 años, es vicepresidente de EE.UU. desde enero del 2009, cuando el demócrata Barack Obama llegó a la Casa Blanca. Ha tratado de colaborar en el combate contra el narcotráfico y el crimen organizado con varios líderes de América Latina.
La frase
“Hemos hecho un esfuerzo conjunto para mejorar nuestra relación con nuestros críticos más duros”.