El Juzgado 17 del Circuito de Cali, en Colombia, ordenó a Coomeva EPS la conformación de un comité científico para acompañar el proceso de eutanasia de Víctor Escobar, quien no es paciente terminal, pero afronta enfermedades incurables desde hace más de 2 años.
Su cuadro es crítico con dos accidentes cerebrovasculares, cuatro cirugías de columna, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc), diabetes, hipertensión y parálisis parcial.
El hombre, de 61 años, mantiene una lucha para “descansar y dejar descansar” a su compañera Diana Nieto, a sus cuatro hijos y otros familiares.
“¡Estamos felices! Victor Escobar podrá acceder a procedimiento de eutanasia“, dijo el abogado Luis Giraldo Montenegro, quien apoya al paciente.
Víctor Alfonso Escobar Prado durante su vida laboral se desempeñó como conductor de tractomula. Movía cargas como cemento y otros materiales hacia el centro del país o en rutas al puerto de Buenaventura. De una primera unión tuvo a sus tres hijos.
A sus 24 años sufrió lesiones graves cuando se le rodó el carro a un compañero y él quedó aplastado contra su tractomula hace 36 años.
Fue sometido a tres cirugías de columna e intentó volver a su actividad. Empezó a trabajar en un laboratorio de apoyo, pero dice que posiblemente el asbesto, el nombre de seis minerales de origen natural que existen en el medio ambiente, con usos comerciales e industriales, lo afectó para sufrir una tos frecuente.
Hace unos 15 años conoció en una librería a Diana Nieto, su actual compañera y ambos siguieron la crianza de una hija de ella. La situación de salud no era tan crítica.
En octubre de 2007 sufrió el primer accidente cerebrovascular, que se presenta cuando un coágulo o masa grasa obstruye el suministro de sangre hacia el cerebro. En enero de 2008 le repitió.
Desde entonces afronta una hemiparesia derecha (condición neurológica que dificulta el movimiento de una mitad del cuerpo). También por el agrandamiento del lado derecho del corazón. Perdió memoria y acudió a terapias de reconocimiento. Debió aprender hasta a comer.
El cuadro se complicó cuando le diagnosticaron Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc), que le ha llevado a episodios de sangrado. En 2015 entró al quirófano por una nueva cirugía de columna. A ello se agregó la diabetes e hipertensión.
Hace dos años, al escuchar sobre la eutanasia, el hombre decidió que no podía vivir así. Pero no era sencillo que ese trámite se pudiera completar porque sus enfermedades no eran terminales.
Desde su casa en el barrio Mojica, empezó una campaña por la eutanasia desde febrero de 2020 cuando abrió cuentas en redes sociales para dar a conocer esa petición.
En julio pasado, don Víctor recobró la esperanza en una sentencia de la Corte Constitucional que amplió el derecho fundamental a morir dignamente a personas que afrontan enfermedades no terminales, le permita cumplir su voluntad.
El pasado viernes 3 de septiembre les llegó el documento de una Empresa Prestadora de Salud (Eps), en el que se radica el ‘procedimiento eutanásico‘. “Sería un descanso para mí, mi familia y las personas que acompañan”, dice Escobar, pero la espera no se ha terminado.
El pasado 27 de junio, Escobar informó que se le había negado el derecho a morir dignamente. A través de una valoración en una clínica, la junta médica determinó que no era terminal. Su caso es de un paciente degenerativo.
El 25 de julio la sala plena de la Corte Constitucional, por una votación de 6 contra tres 3, acogió una modificación sobre la eutanasia en Colombia. De acuerdo con la providencia, ese derecho fundamental a morir dignamente cubre también a pacientes que no tienen enfermedades terminales, pero que a causa de sus padecimientos sufren de intensos dolores y condiciones.
El abogado Luis Giraldo Montenegro asumió la causa de Víctor Escobar e instauró una tutela. “Este martes será valorado por un Comité el cual lo acompañará a su proceso de muerte digna”.
Considera que “es importante que quienes atienden el caso (jueces, secretarios, médicos, enfermeros, psicólogos) informen si tienen alguna objeción de conciencia. La voluntad de Víctor es clara y es morir dignamente”.
El representante a la Cámara Juan Fernando Reyes sostiene que “Víctor ya tomó su decisión. Eutanasia ya….Hoy depende de su esposa para bañarse, vestirse y comer. Además, necesita medicinas para soportar el dolor luego de sufrir dos accidentes cerebrovasculartes y tener una movilidad limitada. Su derecho y su voluntad de morir ha sido ignorada”.
La Corte, con ponencia de Diana Fajardo, señala que las enfermedades incurables deben ser diagnosticadas por un médico. Para solicitar la eutanasia debe existir consentimiento del paciente ‘libre’ e ‘informado’. En la decisión se orienta a ‘no obligar a vivir’ a quien está bajo ‘intensos sufrimientos’ pues, incluso, esto recaería en la ‘crueldad’.
Víctor Escobar repite que “la verdad quiero un descanso ya. Día y noche me siento muy mal. No quiero más sufrimiento”.