Dice el del estado llano que alguien se ‘tupe’ cuando se actúa contrasentido de lo obvio. La incoherencia de pretender desarrollar emprendedores y a la vez crear todo un mecanismo de castigos contra el empresariado demuestra que algunos son tupidos. El emprendedor, es decir el empresario, asume riesgos cuando se propone crear, producir y tranzar bienes y servicios. Si al riesgo natural de emprender, al riesgo de perder, de fracasar, se añaden los múltiples castigos, multas, persecuciones de autoridades municipales, tributarias, laborales, de seguridad social etc. no se contribuye a crear emprendedores y por lo tanto empleo productivo. La burocracia nada produce que no sean trámites y dificultades, los más empujan papeles de un lado a otro. Emprende el heladero, el chocolatinero, el vivandero, el industrial y comerciante, todos asumen riesgos, ponen plata y persona y contribuyen al país. Cuidado con crecer, con tener éxito y en vez de una carreta de helados tener dos, en lugar de un torno o fresadora operar dos, pues el éxito, el crecimiento, pretender ser gran empresario, gran emprendedor no parece tener cabida en los planes de este Gobierno.