El Rally Dakar, que este año cruza con 700 vehículos Argentina, Chile y Perú, pende cada día de un gigantesco operativo culinario entre desiertos, montañas y estepas. Unas 80 toneladas de comida serán servidas en los 15 días que dura la carrera, evento en que participan unas
2 500 personas entre pilotos, asistentes, organizadores y periodistas.
Son tres comedores que se rotan en cada punto, sin dejar ningún detalle al azar. Todo funciona con la precisión de un reloj suizo y, sobre todo, mucha pasión. Fernando Mendilaharzu, máximo responsable de los tres comedores que van rotando por cada ciudad, comentó que el abastecimiento es una carrera aparte. “Como el resto de la organización nosotros vamos con un grupo, que se llama los precursores, preparando el comedor para el día siguiente. Luego, llega el personal de servicio que es el que sirve las distintas comidas y quienes desarman la cocina para llevarla al próximo punto”, explicó.
Se trata de una operación mayor que incluye resolver logística, tipos de alimentación y sortear emergencias. “Es un trabajo que lleva mucha preparación durante el año para algo que se consume en 15 días. Y durante esas dos semanas realmente no paras un segundo, porque hay que cumplir con todo lo que la organización pidió”, detalló.
Sin embargo, a su juicio la clave no está tanto en la programación, como en el factor humano, desenvuelto en condiciones extremas de clima, topografía y exigencia profesional. “En cada vivac (puesto de abasto) trabajan 90 personas y sin el esfuerzo de ellos y las ganas que le ponen nada saldría tan bien. También las alianzas (canjes) regionales son muy importantes”, opinó.
No obstante, por las tardes y cuando le queda algo de tiempo, Fernando sale a recorrer el vivac para observar los autos, camiones o motos estacionados y cómo los equipos los acondicionan.
“Eso me encanta, trato de hacerlo cuando puedo porque me ayuda a distraerme un poco”, sostuvo quien es el hombre de los comedores desde que el Dakar comenzó a rodar por Sudamérica. En otra faceta del rally raid, por primera vez los autos, cuadrones, motocicletas y camiones son lavados durante los días de carrera.
La empresa Kärcher, una de las más prestigiosas en el rubro de la limpieza, participa con hidrolavadoras de alta presión para hacer lavados rápidos, eficientes y ecológicos, sin usar detergentes y ahorrando hasta un 80% del agua. En esta edición se instalaron estaciones de lavado en los todos campamentos a lo largo del recorrido, para que los equipos puedan limpiar los vehículos y dejarlos impecables antes de iniciar la siguiente etapa, además de cuidar el elemento vital y no malgastarlo. [[OBJECT]]
Las estaciones de lavado cuentan con una superficie mayor a los 500 metros cuadrados y capacidad para lavar dos motos, dos cuadrones, dos autos y dos camiones simultáneamente. El agua limpia es transportada hasta cada estación de lavado en camiones cisterna y luego ubicada en tanques más pequeños que abastecerán a cada una de las hidrolavadoras.
Gracias a un sistema de recirculación, el agua procedente del lavado de los vehículos, a través de un filtro de arena, genera agua reciclada para su uso en circuito cerrado y permite reducir el consumo.
Este avance permite a los competidores, en especial de equipos chicos, no tener que salir del vivac para lavar sus máquinas y perder tiempo en ello. “Es un gran placer para nosotros estar presentes en este hito mundial del deporte motor”, comentó Hartmut Jenner, presidente del grupo. “El Rally nos brinda la posibilidad de demostrar la eficacia de nuestros equipos de limpieza bajo unas condiciones de trabajo extremas”, agregó.
En tanto, muchos pilotos, y en especial los mecánicos, se mostraron conformes con el servicio. “Nos permite tener las máquinas limpias en pocos segundos y no tenemos que salir del campamento para encontrar un lavadero”, explicó Olivier Häus, uno de los tantos asistentes al rally.
Fuentes: DPA, ANSA y AFP
NOTAS CURIOSAS
Todo por el rally
La pasión por el Dakar llevó al argentino Mariano Lorenzetti a vender una vivienda para poder financiar su sueño, que duró sin embargo apenas una etapa y media hasta su abandono. “Me había comprado un departamento para mudarme y lo tuve que vender porque sino no podía correr” , dijo.
Un poco de ‘relax’
Tras siete etapas, el rally raid disfrutó de una jornada de descanso en la localidad chilena de Copiapó. Es día para relajarse y recuperar energías de cara a lo que viene. En ese contexto, los pilotos atienden a la prensa, reciben masajes (foto, izquierda) y se sacan fotos con sus admiradores sin ningún problema y apuro por irse a descansar.