El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) condenó este martes 6 de julio del 2021 a Rusia por impedir judicialmente el contacto con sus hijos a un padre que cambió de sexo y se convirtió en mujer, por el daño que, según la madre, les podía causar.
La sentencia condena a Rusia a indemnizar a esta persona transexual, identificada por sus iniciales A.M., nacida en 1972, con USD 11 604 por daños morales y USD 1 267 en concepto de costas judiciales.
Los jueces europeos concluyen que Rusia no respetó el derecho a la vida privada y familiar de la demandante ni aplicó la prohibición de la discriminación, que están recogidos en el Convenio Europeo de Derechos Humanos.
En 2015, se divorció y fue reconocida legalmente como mujer. Un año después, la mujer que había sido su pareja quiso restringir en los tribunales el contacto de A.M. con los hijos comunes, por considerar que su nueva identidad sexual causaba “un daño irreparable a la salud mental y moral de los niños”.
También argumentó que el cambio de sexo del que había sido padre “podría distorsionar la percepción de los hijos sobre la familia y conducir a un complejo de inferioridad y acoso escolar”.
Los tribunales rusos dieron la razón a la madre, ya que, según los peritos judiciales, el cambio de género “podría crear circunstancias psicotraumáticas a largo plazo para los niños y producir efectos negativos en su salud mental y en su desarrollo psicológico”.
Otro informe pericial encargado por A.M. fue muy crítico con el razonamiento de la sentencia. Afirmaba que el estudio en el que se basaba era “de naturaleza no científica”.
Los recursos de A.M. en Rusia fueron desestimados. Su expareja y los hijos, nacidos en 2009 y 2012, cambiaron de domicilio y la demandante no ha tenido contacto con ellos desde entonces.
El recurso ante el Tribunal de Estrasburgo A.M. lo formalizó en su nombre, pero también en el de su hijo y su hija.
El TEDH afirma que los tribunales rusos no examinaron en su razonamiento la situación familiar de la demandante.
Añade que la decisión de privar completamente a un padre del contacto con sus hijos “debe tomarse sólo en las situaciones más extremas”.
De hecho, hace notar que el informe en el que se baso la sentencia “no estableció con exactitud cómo el cambio de género de A.M. representaba un riesgo para sus hijos”.
Y añade que las autoridades rusas “no adoptaron una solución equilibrada y razonable”.
El Tribunal de Estrasburgo también condenó a Rusia por discriminación de género otro caso. En su sentencia, argumenta que la diferencia de trato entre policías masculinos y femeninos en cuanto al permiso parental “no estaba justificado”.