La crisis económica producida por el covid-19 es tremenda; tanto que aseverarlo es innecesario. Y, no se puede subestimar el costo humano de todas las quiebras, todas las vidas rotas, todos los sueños hechos trizas.
Pero, durante la mayor parte del 2020 la actividad económica en varios sectores fue nula. Algunas industrias, como los espectáculos o el ocio nocturno, siguen totalmente frenadas. ¿Cómo sobrevivimos?
Y, les tengo un “misterio” más grande, ¿cómo hicieron los gobiernos para sobrevivir? El nuestro – despilfarrador hasta la irresponsabilidad – no tenía en qué caer muerto. ¿Cómo pagaron salarios? En Europa, el verano anterior, el sector turístico no hizo ni la treintava parte de su cifra de negocios habitual. ¿De qué consumo salieron los impuestos para financiar las pensiones, las ayudas y los bonos?
Se ha impreso dinero como nunca. La FED estadounidense realizó un programa de quantitative easing o QE (cuando para aumentar el dinero de la economía el banco central compra activos financieros, tanto privados como públicos) de 1.5 billones. ¡Billones en español! Rara vez se usa esa palabra, que equivale a “trillions” en inglés. Yo nunca había imaginado un estímulo de esa envergadura. Luego en marzo de este año se aumentó la operación en 500 mil millones. Para referencia, en el crack de los subprimes del 2008, el QE fue de 152 mil millones.
Europa, otro tanto de lo mismo, quebró de manera brutal su reticencia a imprimir dinero. La pandemia marcará un antes y un después en las políticas del Banco Central Europeo. Antes – Grecia colapsaba, España agonizaba – por más graves que fueran las crisis, los europeos se rehusaban a emitir dinero. Pero ahora lo hicieron de manera masiva, sus reticencias quedaron pulverizadas. El año pasado se aprobó un plan de aproximadamente 900 mil millones de dólares y recientemente se acordó otro por un monto similar para este año.
Normalmente, imprimir dinero genera inflación. Todos pierden capacidad adquisitiva y se lo transmiten al Estado. Es como un impuesto no consentido. Cuando Maduro imprime e imprime dinero, está robando a la economía de las familias y se la pasa al Estado. Esto se refleja en los valores cada vez más ínfimos que tienen los bolívares. Por los impactos en la inflación, los bancos centrales temen recurrir a estas medidas. Pero la emergencia pudo más, y – entre otras razones, debido a la caída del consumo – el impacto en la inflación se contuvo.
Se habla de que imprimir dinero es como chumarse, porque los países gozan de dinero que luego va a doler mucho. Todavía no hemos visto los efectos de estos quatitative easing; pero van a llegar. Todavía no se entiende muy bien cómo. Algunos se esperanzan que pase como si nada. Pero otros pensamos que no hay tal cosa como emborracharse hasta el cogote y no tener chuchaqui.