Puede ser que me equivoque, pero creo que muy poca gente estará en desacuerdo con la necesidad de hacer justicia a la mujer trabajadora mediante un sistema de jubilación especial, que reconozca el doble rol que cumple, tanto en el hogar como en su lugar de trabajo. Tal vez lo que preocupa de una propuesta como esta es la factibilidad financiera del IESS para ponerla en ejecución, sin afectar notablemente al sistema general de pensiones. La Comisión de la Asamblea Nacional, a través de su representante, indicó en días pasados que se hicieron los respectivos estudios actuariales con profesionales en la materia, y es por ello que se modificó el proyecto que inicialmente pretendía jubilar a la mujer con 25 años de aportes sin límite de edad, a la propuesta actual de 30 años de aportes y 55 de edad, lo cual es bastante realista y factible.
La sola mención del proyecto, ha hecho o que algunos ‘analistas’ se opongan bajo el trillado argumento de que el IESS quebraría y que las mujeres están en su mejor edad para trabajar. No toman en cuenta, naturalmente, que en muchos casos las mujeres que cumplen este requisito han sido despedidas por los eficientes empresarios que tenemos y se mantienen pagando el aporte completo por su cuenta.