El Cruz Azul sacó provecho de un fútbol práctico para derrotar por 0-1 al Santos Laguna y tomar ventaja en la final del torneo Clausura mexicano.
En Torreón, norte de México, casa del Santos, Luis Romo convirtió un gol en el 71 y le dio a los Azules una ventaja que puso al equipo con todo a favor porque el 30 de mayo jugará como local en el Estadio Azteca.
La primera mitad fue intensa, con llegadas al área por ambos lados y exceso de reclamos al árbitro que dejó jugar.
El Santos comenzó a tomar ventaja por la banda derecha, pero los Azules se acomodaron y emparejaron las acciones.
Santos creó peligro, del colombiano Juan Ferney Otero, quien disparó por fuera de zurda y del mexicano Eduardo Aguirre, cuyo remate fue detenido por el guardameta José de Jesús Corona.
Cruz Azul también estuvo cerca de anotar, en tres jugadas peligrosas del uruguayo Jonathan Rodríguez. En el 19 y el 23 el brasileño Matheus Doria detuvo al delantero, que en el 35 hizo una media chilena, atajada de manera elegante por el portero Carlos Acevedo.
En la segunda mitad los Azules confirmaron su defensa como la más segura del campeonato, detuvieron al Santos y en el 71 tomaron ventaja con un gol de Romo, quien se escurrió entre tres defensas, sacó ventaja en una serie de balones rechazados y decidió el partido con un disparo de derecha en una media vuelta.
El uruguayo Guillermo Almada, entrenador del Santos, hizo cambios en busca del gol que necesitaba para empatar, sin embargo los que entraron a la cancha jamás se coordinaron y fueron detenidos por una zaga con orden que no dejó espacios.
En Santos fueron titulares los ecuatorianos Félix Torres y Ayrton Preciado, el primero actuó todo el partido, y el segundo fue sustituido a los 77 minutos. Por otra parte, Brayan Angulo quedó descartado en Cruz Azul, a causa de una lesión; su DT espera recuperarlo para la segunda final.
Cruz Azul lleva más de 23 años sin ganar un título de liga, periodo en el que ha perdido seis finales, pero este jueves se vio sólido y sin cargar con el pasado que ha servido para que los medios recuerden la mala racha y provoquen presión.
El domingo Cruz Azul jugará en el Azteca, su casa, a 2.240 metros sobre el mar, con la encomienda de mantenerse bien plantado atrás y esperar a que el rival, obligado a atacar, deje espacios para castigar y asegurar su noveno título.