La idea de unir a la oposición para enfrentar en las urnas al presidente Correa resulta una gran idea pero poco probable de que llegue a feliz término. El Ecuador arrastra una tradicional empatía entre sus fuerzas ideológicas que data de hace mas de 100 años y hasta la presente fecha no ha dado visos de ser superada con el diálogo y los famosos consensos que soporta el sistema democrático. Lo realizado en Venezuela para ganar a Chávez ha tomado a los venezolanos 13 años; así que hacerlo en Ecuador de manera tan rápida, usted amigo lector sabe que es muy difícil. No olvidemos que los anteriores presidentes que han pasado por Carondelet también tuvieron la oportunidad de establecerse en el poder como lo ha hecho a su manera el actual Mandatario. Ellos no pudieron, el actual sí, y tampoco debemos olvidar que los grupos que buscan el poder no han logrado transmitir al electorado una propuesta de gobierno que doblegue los procedimientos de la actual administración, la cual si es autoritaria, impositiva, y llena de hechos negativos que todos en estos seis años hemos constatado. También habrá que reconocer las cosas positivas que superan a las negativas y que otros gobiernos y sus ministros de Finanzas no lograron hacer cuando tuvieron su oportunidad, ojalá se dé el milagro en las urnas y podamos cambiar a Correa. Sin embargo, por la forma como van las cosas la esperanza de remover al actual Régimen del poder por el voto tendrán que esperar hasta 2017.