Lo mejor del artículo de Carlos Alberto Montaner (abril 10) es el título, Perdón, que llega aislado entre paréntesis para acentuar su importancia. Quiere decir que este señor, evidentemente agnóstico, con anticipación acude a esta forma de indulgencia para expresar un futuro arrepentimiento.
La Iglesia Católica es posiblemente una de las comunidades más atacada, criticada, injuriada y herida. Sin embargo, se ha mantenido desde hace dos mil años y sigue creciendo.
Esta comunidad, a través de sus diócesis, sacerdotes, religiosos y laicos es la que más obras sociales de apoyo material y espiritual mantiene en el planeta. En los 5 continentes: África, América, Asia, Europa y Oceanía, en un número inconmensurable
y por consiguiente indefinido, mantiene hospitales, centros médicos, guarderías, escuelas, colegios, universidades, asilos, centros de rehabilitación, voluntariados, alimentación para indigentes… aparte de ser una de las primeras que acude con ayuda en donde las situaciones críticas provocadas por la naturaleza la necesitan.
¿Cómo se financia? Debe ser posiblemente con “algo” de lo que esta “multinacional italiana” (expresiones de Montaner) posee sin “arriesgar la supervivencia de su estructura”.