Consensuar una agenda de aprobación de leyes es otro de los desafíos que tienen las bancadas. A cuatro días de que se instale la primera sesión todavía no hay acuerdos.
Para Creo, las prioridades son las mismas que el presidente electo Guillermo Lasso ya anticipó desde la campaña: el primer paquete consistirá en reformas tributarias y la derogatoria de la Ley de Comunicación. Confía mantener la alianza con el PSC.
Lasso dijo estar dispuesto a conversar con todas las bancadas, a fin de impulsar “reformas de fondo en el Ecuador, en el campo social, económico, político”, que forman parte de su programa de Gobierno.
“La obligación de mi gobierno será dialogar con todos, claro hay líneas rojas que no vamos cruzar: no vamos a meter mano en la justicia, no vamos a garantizar la impunidad de nadie, pero tampoco vamos a perseguir a nadie, que la justicia actúe con independencia, sin que la política ni los políticos metan mano allí”, dijo a EL COMERCIO.
Para la aprobación de leyes, reformas o tratados internacionales como el que piensa suscribir Lasso con la Alianza del Pacífico, se necesita de 70 votos en el Parlamento, los mismos que definirán al nuevo Presidente, vicepresidentes y cuatro vocales del CAL, en la sesión del viernes 14.
Por eso, Diego Ordóñez, uno de los 12 asambleístas electos por Creo, baraja dos escenarios: una mayoría que defina a la directiva y otra para la aprobación de las reformas. César Rohón (PSC) se ratificó que el oficialismo debe presidir la Asamblea Nacional.
La propuesta de Lasso de reducir tributos al sector turístico, por ejemplo, no tiene resistencia entre las bancadas.
Sin embargo, Pachakutik (PK) y la Izquierda Democrática (ID) ya anticipan también sus líneas rojas. Hace cuatro semanas ambos firmaron un acuerdo legislativo, para actuar como un solo bloque de 47 asambleístas.
“No daremos paso a la privatización de la seguridad social ni de los sectores estratégicos. Y tengo mis reservas sobre la propuesta de eliminar progresivamente el impuesto a la salida de divisas (ISD)”, manifestó Wilma Andrade (ID).
En esa postura también está el correísmo, que tendrá 49 curules y confía en consolidar una mayoría del progresismo con la ID y PK.
Fausto Jarrín, uno de los 49 legisladores de UNES, manifestó que la idea es promover una “disputa dialéctica” con el programa de Lasso, al que califica de neoliberal, que proteja los sectores estratégicos y la soberanía del país, pero apoya dar viabilidad a cualquier propuesta del Gobierno orientada para enfrentar la crisis.
Durante el fin de semana (8 y 9 de mayo del 2021), PK y la ID emitieron comunicados por separado en los que desmintieron un acuerdo con el correísmo, aunque tampoco lo descartaron a futuro.
Salvador Quishpe (PK), una de las opciones para la Presidencia de la Asamblea, aseguró que no se trata de lograr acuerdos en función del “dando y dando”, al asegurar que no aceptará “chantajes”. Ayer, 9 de mayo, Quishpe en Ecuavisa aseguró que Fausto Jarrín le propuso amnistía para el exvicepresidente Jorge Glas. Jarrín aseguró que eso es falso, y que no actuó como negociador de Unes.