Muchas amas de casa estarán ilusionadas con la propuesta oficial de recibir un salario por sus servicios en el hogar lo cual las convertiría en empleadas con todos los beneficios de ley y así lograrían que el Buen Vivir también ya sea de ellas. Quienes les paguen, en su mayoría los maridos, se convertirán en sus empleadores/patronos. ¡Híjoles, no pues! Sugiero a las distinguidas damas analizar bien esta novedosa propuesta, pues parecería ser que al final del día, y sobre todo al final del día, ellas no serán las beneficiarias del Buen Vivir, sino ellos.