Felicito a Miguel Rivadeneira por su artículo “De la inseguridad ciudadana a la vial”. Y, me permito hacer unos pocos comentarios.
Quienes como yo tenemos más de 70 años, aún recordamos cómo el viaje por tierra de Quito a Tucán demoraba más de un día, a lo largo de una angosta y muy sinuosa “carretera empedrada. De tan solo dos carriles”… Los viajes de Quito a Guayaquil por la Durán-Tambo, o peor un viaje de Quito a Cuenca; y, no se diga “tratar de viajar por tierra de Cuenca a la ciudad de Loja eran verdaderas odiseas.
…Nuestras carreteras han mejorado, y mucho. Lamentablemente la inseguridad ciudadana, como bien lo dice Miguel, se ha incrementado.
En mi opinión, esto se debe fundamentalmente a la “criminal” irresponsabilidad de un relativamente alto número de choferes: tanto particulares como de choferes profesionales.
Esta inseguridad continuará o aun se acrecentará si el país todo no siembra conciencia de la necesidad de respetar las leyes de tránsito; si el país no acepta: “que dar coima a un policía, y recibir la coima debería ser sancionado con el máximo rigor de la ley”.
Espero que otros columnistas de todos los diarios del Ecuador se unan a EL COMERCIO para resolver, de una vez por todas, la inseguridad de los cientos de miles de ecuatorianos que diariamente deben usar las carreteras del país.