Fue la canción interpretada en una película, “La novia rebelde”, en la trama, el Capitán Fontrap interpretó esta canción para despedirse de sus amigos y vecinos, pues Austria fue invadida y sus ciudadanos perdieron sus libertades. La introducción de esa canción decía “Amigos austriacos, quiero cantarles una canción de amor, sé que comparten ese amor y rezaré para que no lo dejen morir”. El significado de esas palabras fue para que los austriacos no olviden sus raíces y sus libertades, a pesar de la tiranía de la época. Año 2013, época actual, amigos ecuatorianos, me despido con profunda tristeza, pues no podré publicar más Cartas a la Dirección, el viernes 14 de junio la Asamblea tiene previsto aprobar la Ley de Comunicación, con lo que a partir de esa fecha existe un terrible riesgo, el opinar de manera diferente al Gobierno podría ser un delito, no deseo ir a la cárcel ni mantener a ciertas personas, con una indemnización injusta. Deseo agradecer a Diario EL COMERCIO por la apertura a todas y cada una de mis cartas, a los lectores que votaron a favor o en contra de mis opiniones, a los simpatizantes y a los opositores que comentaron, cuando había oportunidad, los contenidos. Espero que esta despedida sea un hasta pronto y no un adiós, confío en que algún momento, los ecuatorianos recuperemos la libertad de expresión, sé que comparten este anhelo y rezaré para que no lo dejen morir.