Considerando el poderío militar y económico de las naciones que, con la OTAN incluida, están trabajando para que se ponga fin al reinado del “líder” de Libia, Muamar el Gadafi, el triunfo de este dictador con 42 años en el poder parece improbable.
El progreso tecnológico de guerra solo de Estados Unidos es tal que viene al caso esta revelación de Thomas Friedman, en su libro “La Tierra es Plana.- Breve historia del mundo globalizado del siglo XXI”. Dice: “En el otoño de 2004 acompañé al Jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Richard Meyers, de gira por varios puntos calientes de Iraq”. ‘ “Fui a parar al centro de mando, donde al instante me llamó la atención una enorme pantalla plana de televisión en la que se transmitían imágenes que parecían provenir de una especie de cámara aérea. “¿Qué es eso”?, pregunté al soldado que visionaba atentamente las imágenes desde un ordenador portátil. Él m explicó que había un Predator (un pequeño avión teledirigido de la flota del Ejército de EE.UU., provisto de una cámara de televisión muy potente), sobrevolando una aldea iraquí situada en el área de operaciones’ enviando imágenes de espionaje en tiempo real a su ordenador portátil y a esa pantalla plana. En realidad, quien “pilotaba” y dirigía el avión era un experto que se hallaba en la base de las Fuerzas Aéreas de Nellys, en Las Vegas, Nevada”.
Por ello, contando como cuentan con satélites militares y con la técnica depurada del GPS, desde gran distancia pueden hacer disparos que dan en el blanco sin error; y se explica el primer resultado dejando sin defensa antiaérea al dictador Gadafi.
Además de la preocupación muy humana de evitar que Gadafi elimine a buena parte de la población de su país mediante bombardeo aéreo, hay que tener en cuenta también que se trata de una zona petrolera.
Michael Moore, en su libro ¿Qué han hecho con mi país?, nos informa algo que ya sabemos y consiste en que el poderoso mundo industrializado debe asegurar el suministro de petróleo para sus necesidades.
Alrededor del mar Caspio y algunas repúblicas de la ex Unión Soviética, como Uzbekistán, hay campos de gas más grandes del planeta y las potencias que entrarían a su aprovechamiento necesitan un gasoducto que lleve el producto a Pakistán y hasta la India. Revela: “El 27 de diciembre de 2001 Turkmenistán, Afganistán y Pakistán firmaron un acuerdo para la construcción de un gasoducto. Por fin se podrá exportar el gas de la región del mar Caspio”’
¿En la lucha armada que se desarrolla en el territorio de Libia, podrá triunfar el señor Gadafi como, con cierta ingenuidad, proclama el líder de la “revolución” quien, durante 42 años no ha sido capaz de cambiar nada a favor de su pueblo? ¿Los países industrializados renunciarán al propósito de asegurar las fuentes de petróleo para sus economías?