Desde la ventana de la casa de Noemí Cevallos se observa un espacio lleno de maleza y grandes arbustos. El monte cubre casi por completo un viejo letrero de madera con letras poco legibles en el que reza: áreas verdes. El sitio fue destinado para levantar un parque en la ciudadela La Fontana 1 y 2, en Esmeraldas.
El proyecto habitacional lleva parado seis años. Su financiamiento inicialmente estuvo a cargo de la Mutualista Luis Vargas Torres, cerrada por iliquidez, pasando a la Mutualista Benalcázar, hoy en liquidación.
80 familias habitan en la ciudadela desde el 14 de mayo del 2008, cuando se conoció que el proyecto se paralizaría por falta de financiamiento.
Eso generó incertidumbre entre los socios y cuentaahorristas, que reaccionaron para impedir que las villas sean tomadas por presuntos invasores.
Según Cevallos, cuando llegó a tomar posesión de la casa, por la cual entregó USD 7 500 al financista, había entre un 40 y 60% de avance de obra.
Desde entonces, los propietarios y los que llegaron después, como Luis García, no pagan por el uso de las viviendas. “No sabemos a quién pagar o con quién negociar”, indica.
La primera etapa de la ciudadela de 95 soluciones habitacionales estaba prevista la entrega en octubre del 2009, pero no fue así.
Quienes tomaron posesión de las villas se organizaron en un comité y gestionaron alumbrado público, luz eléctrica, agua potable, construyeron cisternas para agua y solicitaron la recolección de los desechos sólidos.
De acuerdo con el mapa de riesgo del Municipio de Esmeraldas, la zona es considerada de alto riesgo.
Se requieren obras de mitigación, según el director de la Unidad de Riesgos y Cambio Climático del Cabildo, Betto Estupiñán.
Juan Rivera es uno de los que invirtió para mejorar. Él reservó su villa con USD 8 000. Su casa está terminada; invirtió USD 80 000 más, dice.
Cevallos recuerda que hace dos años llegaron funcionarios del Biess, quienes dijeron que asumirían el control. No han vuelto a saber de ellos.