El plan de vacunación terminó desnudando las debilidades del sistema de salud, así como las limitaciones económicas y de gestión del país.
El Ecuador en varios casos no tiene la cantidad adecuada de centros de vacunación; y en otros, hay infraestructura municipal pero falta la coordinación ministerial.
Las dosis empezaron a llegar la tercera semana de enero con cuentagotas. Primero se dijo que se vacunaría a 2 millones de personas hasta mayo. Luego, que se colocarían cerca de 2 millones de dosis, es decir, la mitad de la cifra inicial, ya que para lograr un grado de efectividad deben aplicarse dos dosis por persona.
Al ritmo modesto al que avanza la vacunación por distintas razones, es posible que al final del presente período gubernamental el número de vacunas hoy existente termine superando la capacidad de inoculación, es decir que ni siquiera se logre colocar la última cifra ofrecida.
Las vacunas que han llegado son de laboratorios como Pfizer, Sinovac y AstraZeneca. En otros países hay de otras farmacéuticas, como Johnson
&Johnson y Moderna, todas con diferente evolución y con fases de experimentación forzadas por la expansión planetaria de la pandemia.
Todavía está en etapa de prueba su efectividad, que no siempre alcanza el 100%, y se mencionan los efectos secundarios de algunas marcas, aunque con datos estadísticos ínfimos.
El reto primero para el siguiente Gobierno será cumplir con la promesa de nueve millones de vacunas en los primeros cien días, para lo cual existe incluso una aplicación. Guillermo Lasso ha dicho que tomará contacto con los líderes de China y Rusia para agilitar la compra de vacunas en número suficiente.
La vacunación en busca de superar la grave crisis de salud será uno de los ejes más importantes de la acción, probablemente dominante en una buena parte del próximo ciclo gubernamental.
A ello habrá que sumar la generación de empleo, la reactivación productiva, la seguridad integral y evitar el abandono escolar. Algunas de las tantas tareas por hacer.