Según el diario británico The Guardian, los anticuerpos monoclonales no son eficaces para combatir las nuevas variantes del coronavirus. Foto: EFE.
La Agencia Europea del Medicamente (EMA) comenzó el estudio sobre la eficacia de los anticuerpos monoclonales para combatir la pandemia. Este medicamento, que en la marca estadounidense Regeneron sirvió para tratar al expresidente Donald Trump cuando se contagió de covid-19, no está dando resultado para al menos una o dos de las variantes del coronavirus, según revela el diario británico The Guardian.
Aunque como en todo lo que ha ocurrido con el coronavirus, la ciencia se enfrenta al reto del tiempo ante una pandemia. Los resultados son preliminares y se deberá esperar al menos dos semanas para tener resultados más concluyentes de las investigaciones que se están llevando a cabo en otros países del mundo.
Este medicamento, que también fabrican otras empresas como Eli Lilly y GlaxoSmithKline, según el rotativo londinense, ha sido una de las grandes esperanzas para combatir el virus en aquellos que se han contagiado hasta que la inmunización sea colectiva por las vacunas.
Según contó Nick Cammak, que dirige la división terapéutica de la organización británica Wellcome, encargada de buscar soluciones para emergencias sanitarias desde la ciencia, tratar con anticuerpos tiene enormes ventajas.
Se trata de “la clonación de un glóbulo blanco humano que imita los efectos del sistema inmunológico”, dice Cammak. Y añade: “Son muy seguros, diseñados específicamente para atacar el virus y su uso parecía muy prometedor en la etapa inicial de la enfermedad para detener su progresión”, sostuvo.
Pero el problema fueron las nuevas variantes. “Los cambios que hace el virus en sus proteínas de punta en realidad eliminan estos anticuerpos”, afirma. Entonces, llegaron las malas noticias: “Básicamente, la mayoría de las terapias de anticuerpos de vanguardia para Covid, (que eran) la gran esperanza, se han perdido para las variantes sudafricana y brasileña”.
“Creo que está bastante claro, aunque hemos visto variantes de Sudáfrica, Reino Unido y Brasil, habrá otras. Y necesitamos secuenciación masiva, secuenciación genética del virus en todo el mundo, que revelará dónde se realizan los cambios”, dijo. Pero también se deberá saber dónde está el SARS-CoV-2 original.
“Bueno, aquí estamos con un virus que hace un cambio que en realidad ayuda a que se adhiera aún mejor a la célula. Así que estos monoclonales se han perdido. Bueno, honestamente, hemos vuelto un poco al punto de partida”, dijo Cammack a The Guardian.
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