Preocupa que apenas a cinco meses de las elecciones presidenciales y de asambleístas, el Consejo Nacional Electoral (CNE) no cuente con un sistema informático confiable y seguro, según consta en el informe del examen especial realizado por la Contraloría del Estado (El Comercio del 22 de agosto de 2020), ni tampoco con los recursos necesarios para su mejoramiento. El sistema informático que procesa el resultado de una votación no es complejo, es un sistema de acumulación y estadística que no requiere de algoritmos sofisticados, ni gran velocidad porque no es un sistema en línea y tampoco exagerada capacidad de almacenamiento.
Basta recordar que en procesos anteriores se utilizaban los computadores de tercera generación que facilitaban algunas instituciones, con limitaciones en capacidad de almacenamiento y no había mayores problemas; en lo fundamental el proceso electoral sigue siendo el mismo, validación de datos de entrada, suma de votos por un código que es la identificación del candidato o candidatos y estadísticas por varios conceptos, por candidato o lista, a nivel nacional, por regiones, por provincias, etc.
¿En donde está la vulnerabilidad del sistema? En las seguridades, unas externas como la depuración del padrón electoral, que corresponde al Registro Civil y otras internas, que son de responsabilidad del CNE. Sobre estas últimas me atrevo a plantear recomendaciones: Reforzar los procesos de validación en el ingreso de datos. No pueden repetirse los famosos “apagones”, para eso los computadores más elementales como una laptop personal tienen baterías que sustituyen la falta de fluido eléctrico, pero además se debe disponer de plantas eléctricas que provean del fluido a los equipos de computación y afines. Un equipo de auditores ajenos al CNE debe verificar las bases de datos antes de iniciar el proceso. Disponer de un sistema completo, es decir tanto en software como en hardware, como respaldo o backup del que está en servicio, para cubrir posibles daños de algún componente del sistema. Estas acciones son urgentes y necesarias para dar confianza y tranquilidad a la ciudadanía, a los partidos políticos y al mismo CNE.