El presidente de México, Andrés López Obrador (AMLO), afirmó el 8 de abril que su país estaba superando la pandemia. Entonces se contabilizaban 174 muertos. Repitió el mismo señalamiento 27 veces más en mayo, junio, julio y agosto. Lo sigue afirmando en este mes, cuando los fallecidos superan los 65.500, aunque la cifra de sobre-mortalidad (relación con el promedio de años previos), indica que serían unos 200.000. En el combate a la pandemia, somos un ejemplo de éxito para el mundo, asegura el mandatario.
En cuanto a políticas contra la violencia y situación económica, la postura es similar. México va tan bien que el Gobierno patentará sus políticas, ha dicho AMLO. En el primer tema, en lo que va de la administración iniciada en diciembre de 2018, se registran casi 60.000 asesinatos, la cifra más alta para un período similar. En cuanto a la economía, se calcula que caerá este año 10 por ciento, la más pronunciada desde inicios del siglo pasado.
En el combate a la pobreza el discurso de éxito se repite. El Gobierno destina hoy a programas sociales 4,3 por ciento del PIB, cifra menor al 5,3 por ciento de 2014. Además, a diferencia de años previos, los programas actuales, similares a los precedentes pero con otros nombres, están inconexos y los censos de beneficiarios son opacos.
El independiente Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, advierte que los pobres en México pasarán este año de 52,4 a 62,2 millones.
Para levantar la economía golpeada por la pandemia y luchar contra sus efectos, el país destina 0,7 por ciento del PIB, uno de los menores porcentajes en todo el mundo.
AMLO proclama que el suyo es uno de los mejores gobiernos de la historia, que es ecologista, humanista y combate la corrupción como nadie. Hechos: el Ejecutivo destina la menor cantidad de dinero, comparado con administraciones precedentes, al medio ambiente y es el que más apuesta por el gas y petróleo, es el que ha generado un marcado desabasto de medicamentos –papás de niños con cáncer protestan en las calles para pedir medicina—y el que ha atacado como nadie a los organismos de control del Estado, como el electoral, el de competencia económica y el que gestiona la rendición de cuentas del Gobierno.
En materia de corrupción, AMLO ha minimizado las acusaciones hechas contra sus funcionarios y parientes, pero sobre los funcionarios del pasado lanza acusaciones a diestra y siniestra.
En sus conferencias de prensa diarias, en las que ataca al “pasado neoliberal”, a la oposición, a la prensa y a los intelectuales “orgánicos”, entre otros, AMLO señala repetidamente que el país vive una transformación histórica.
La prensa y grupos académicos, que han sometido a chequeo los datos y hechos que cita el Presidente, apuntan que hay cientos de datos incorrectos, mentiras y afirmaciones sin sustento.
AMLO se declara satisfecho por su gestión e insiste que es un ejemplo mundial. ¿Será?