Un viernes de junio, 18:30. El aeropuerto José Joaquín de Olmedo de Guayaquil agrupa un centenar de personas en arribo internacional. Hay globos y cámaras fotográficas en manos de familiares a la espera de sus viajeros, que llegan en el vuelo de Iberia.
Allí, Silvia, de la tercera edad, espera ansiosa la llegada de una hija, junto a Pablo, otro vástago que retornó de España hace dos años. Él emigró en 1999 con su hermana, pero el 2010 regresó, porque se quedó sin trabajo. “La crisis en España no da paso a nada, hay mucha gente sin empleo”.
Sin capital para invertir en un negocio, en Ecuador solo ha encontrado trabajos temporales en construcción. Dos años después, su hermana también regresa por un par de meses para definir, en familia, su futuro. Ella lleva seis meses sin trabajo allá…
Las historias de retorno desde ese país crecen. La Coordinadora Nacional de Ecuatorianos en España (CNEE) estima que 8 500 familias de esa nacionalidad han enfrentado problemas por hipotecas entre 2007 y 2010, solo en Madrid. Ello empuja a muchos a dejar esa nación europea.
La presidenta de CNEE, Aída Quinatoa, explicó a la agencia EFE que Ecuador no es el único destino al que parten sus compatriotas, sino también a otros como Italia, Alemania, Suiza Inglaterra o Francia, en busca de empleo.
Ante ese escenario, el perfil del emigrante ecuatoriano que retorna es diferente de aquel grupo que empezó a llegar a mediados del 2000, con bolsillos llenos de dinero y posibilidades de invertir.
Según Marcos Santos, subsecretario de la Secretaría Nacional del Migrante (Senami) del Litoral, quienes retornan ahora lo hacen en estado de vulnerabilidad. Para ellos hay un plan de apoyo, Bienvenido a casa, que permite traer el menaje de casa sin pagar impuestos aduaneros, siguiendo ciertos requisitos.
Según el Servicio Nacional de Aduana del Ecuador (Senae), el 2008 se realizaron 1 146 trámites de menajes de casa; en el 2011 la cifra aumentó a 2 778. El crecimiento es del 142%. .
A ese incentivo no aplicaron los Ramón-Peralta, sino al propuesto por el Gobierno español. Ellos retornaron hace dos años.
La oficina ecuatoriana más cercana estaba a cuatro horas de su residencia, en Tudela, una población con 34 000 habitantes al sur de la Comunidad Foral de Navarra. La oficina española estaba a 45 minutos de distancia.
José Ramón y su esposa Alba Peralta regresaron a Ecuador con dos hijas, que ahora tienen 14 y 15 años, respectivamente, más el abuelo paterno. Juntos escaparon de la crisis financiera de Ecuador, en 1999 y encontraron refugio en España. Once años después huyeron de la crisis europea.
Mientras la situación fue buena allá, con trabajo estable, José tuvo acceso al sistema financiero español para acceder a créditos que le negaron en su país. Obtuvo un préstamo para el ‘coche’ nuevo y, con ingresos familiares, la deuda fue saldada sin problemas.
Luego recibió otro crédito de 120 000 euros, para comprar un departamento que como familia pudieron pagar por siete años. Después, ya no hubo cómo pagar. Les faltaban 25 años de deuda.
A José Ramón, quien ya había conseguido la residencia permanente, se le acabó el contrato como inspector de calidad de pruebas en una empresa aeronáutica. Duró cuatro años allí, donde su esposa también ocupaba otra plaza. También fue separada.
Con el Plan de retorno español, recibieron el subsidio completo de desempleo y renunciaron a su residencia por tres años. Recibieron 4 000 euros, para los pasajes y volvieron en agosto del 2010. Antes vendieron el carro, devolvieron el departamento y llegaron a un acuerdo con el banco para cerrar la deuda.
José recuerda esos episodios, mientras se da un descanso en su labor como chef. Ahora prepara paella y una decena de platillos a base de mariscos. Tiene su propio restaurante: El Galeón Paellero, es el nombre de uno de los primeros lugares donde trabajó en España. Ahora esa es la fuente de ingresos de la familia, en donde invirtieron los USD 20 000, que recibieron como liquidación.
“Volver al país fue la mejor decisión que tomamos; a los compatriotas en España no les quedará otra que regresar”.
Los incentivos son diversos
El emigrante que retorna al país lo hace en familia. Es una tendencia demarcada en los últimos años. Marcos Santos, subsecretario de Senami Litoral, explicó que a ellos les atrae los incentivos gubernamentales.
Hay planes para bonos de vivienda, facilidades para el menaje de casas y ayuda en la repatriación de cadáveres y deportados, en caso de que haya compatriotas fallecidos en el exterior. En el Plan de menaje de casa se estima que el 80% de los trámites corresponden a familias de un promedio de cuatro personas.
Adicionalmente, hay el Plan Retorno Manuela Espejo que está dirigido a ayudar a ecuatorianos con discapacidad. Ese programa es liderado por la Vicepresidencia de la República.
Ellos pueden acceder a ayudas técnicas, boletos de avión, vivienda, un bono de USD 240, una línea de crédito.
José Francisco Rodríguez, subdirector general de Operaciones del Servicio Nacional de Aduanas del Ecuador (Senae), explicó los beneficios del Plan Bienvenidos a casa. No se paga impuestos aduaneros, pero la importación CIF (Costos, seguro y flete) del menaje de casa corre a cargo del migrante recalcó Rodríguez.
Desde el 2008 a abril de 2012 se registró un valor de más de USD 159 millones que corresponde al costo total de todo el menaje puesto en Ecuador. Corresponde a 9 451 trámites, con los que se han importado 3124 vehículos nuevos y usados.
“Hay que motivar a los compatriotas a regresar a casa, con parte de la vida y los bienes que han logrado adquirir afuera” , manifestó Rodríguez.