La siempre azarosa existencia del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) ha superado el voraz apetito de gobiernos que, con el pretexto de salvarlo, se han apropiado de sus recursos. Esta crónica conducta, agudizada en la década pasada, no ha podido ser corregida en los últimos años. Además conspiran en contra de la sostenibilidad institucional preocupantes realidades denunciadas reiteradamente por organizaciones y expertos nacionales y extranjeros, entre ellas, la violación de la autonomía, la promulgación de leyes y normas que rompen el equilibrio sustentable entre ingresos y servicios, la integración fraudulenta del consejo directivo, sin representante de los trabajadores y jubilados, el nombramiento consuetudinario y por cortos lapsos de políticos inexpertos en las más importantes funciones administrativas, a las que, en muchos casos, las han contaminado con bochornosos actos de corrupción, y los desmembrantes efectos de la pandemia que ha ocasionado desempleo y desafiliaciones con impactante disminución de ingresos. Al IESS hay que salvarle, con buen criterio y sabiduría; sin precipitadas pretensiones absurdas como privatizar los hospitales. Lo privado se relaciona con ganancia, lo público con servicio. Un país pobre necesita servicio con profundo sentido social y con funcionarios honestos, no políticos corruptos. Es imperativo regular, a nivel nacional, todas las adquisiciones de insumos y medicamentos, a través de una Unidad de Control autónoma, conformada por profesionales de distintas especialidades, designados, en forma secreta, por la academia que elijan , con libertad y honestidad, a los proveedores y a los productos más convenientes en precio y calidad.
El Estado debe pagar, con urgencia, el 40% para pensiones y la cuantiosa cuenta por atenciones en salud. Los beneficiarios deberían ayudar a financiar la atención a los menores de 18 años, hijos de afiliados, con el aporte del 2%, si es un hijo; del 1% por cada uno, si son dos; del 0,66%, por cada uno, si son tres y de 0,50% si son 4. Para proteger al cónyuge, una contribución del 2%.
Es indispensable cobrar los altos montos de la elusión y evasión de aportes; recuperar acreencias de los morosos de los préstamos hipotecarios, de la cuantiosa mora patronal y reducir el excesivo número de empleados y funcionarios del IESS y del BIESS. Sería útil monetizar las 111 propiedades ( terrenos baldíos, edificios, complejos vacacionales).
La implementación de la atención primaria en salud, la referencia y contra referencia de unidades de primer nivel a unidades más complejas, descongestionará a los hospitales grandes y fortalecerá al Sistema Nacional de Salud.
La Asamblea tiene las obligaciones de actualizar La Ley de Seguridad Social que, con reformas desordenadas, continúa vigente desde el 2001; integrar al Consejo Directivo, a través de un congreso de afiliados, jubilados y empleadores y la de mejorar los valores de la jubilación mediante la acumulación del fondo de reserva en una cuenta especial. ¡Salvemos al IESS!