La mayoría de la Asamblea, incondicional a Correa, aprobó la Ley de Héroes y Heroínas, publicada en el R.O.399 del 9 de marzo del 2011.
Dicha ley establece que “la calidad de héroe o heroína únicamente se obtiene mediante trámite sumario sustanciado ante el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs), y de ellos saldrá el que tiene el rango de héroe o heroína nacional”. Como era de preverse, hay una avalancha de postulantes.
El Reglamento General de Condecoraciones Militares, señala el tipo de condecoraciones y los estímulos que deben recibir quienes cayeron en combate o realizaron un acto heroico, la condecoración Cruz al Mérito de Guerra, es la máxima presea que recibe un soldado declarado héroe.
El reglamento señala el objetivo de dicha condecoración “la de honrar la memoria de los héroes nacionales fallecidos en combate y reconocer a quienes se hayan distinguido por su extraordinario valor en acción de armas, en defensa de la Soberanía Nacional”.
El citado reglamento señala que el militar para merecer tan honrosa distinción debe “Haber realizado extraordinarios o excepcionales actos de valor, con esfuerzo superior al que estaba obligado por el deber, especialmente si el acto heroico contribuye decididamente al resultado favorable de la acción, campaña o guerra o tuviera un alto valor moral”.
Esta acción extraordinaria debe estar avalada por el parte militar correspondiente y luego de una exhaustiva investigación por parte del Consejo de Condecoraciones se aprueba la presea.
Aquí cabe una referencia importante que señala el reglamento: “El cumplimiento de las obligaciones normales correspondientes a las funciones propias del cargo o grado en tiempo de guerra, no da derecho que se le confiera esta condecoración”.
Cabe señalar que las acciones solidarias, valientes y espontáneas de un ciudadano deben ser premiadas y emuladas pero no ser calificadas de heroicas, al respecto el diccionario militar dice: “No se puede denominar héroes, aunque sí merezcan la calificación laudatorias de bienhechores o salvadores, los que rescatan de otros riesgos a sus semejantes; como al cruzar entre las llamas para sacar a algunos impedidos por sus pocos o muchos años o por estar atrapados entre escombros.
Con todo, el lenguaje popular tiende, en estos casos, a hablar de comportamiento heroico”.
La calificación de héroes y heroínas, desde el nefasto gobierno de Rafael Correa, está en las manos de la Comisión de Verificación de Héroes y Heroínas Nacionales del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, Cpccs.
Ahora mismo existen 442 ciudadanos que aspiran, sobre todo, a recibir los beneficios de ley; de esta forma se banaliza la condición de héroes y vaciamos de contenido a la acción heroica del patriota que entregó su vida en un acto de desprendimiento extraordinario en defensa de la patria.