La docencia, es una amplia esfera del conocimiento, para aprender y enseñar, es además la base hacia el desarrollo del talento. Educar para el asombro depende, que alto nivel de interés sobre determinados contenidos tengamos como docentes. Por esta razón, debemos mantenernos vivos, es decir despiertos e interesados por el mundo que nos rodea.
Ya dijo, Albert Einstein: “No tengo talentos especiales, pero sí soy profundamente curioso”, ese es el motor, aunque no lo crean de todas las investigaciones; sean científicos, tecnológicos e incluso artísticos.
De esta forma, también podremos lograr despertar la curiosidad de los educandos, como un recurso para mejorar su aprendizaje.
Por ello, muchas investigaciones; una de ellas, la neurociencia, lleva investigando hace algún tiempo cuales son los elementos que despiertan nuestra curiosidad y que capta mucho la atención.
De esta manera, permitirá a los docentes, lograr que sus estudiantes, se sientan realmente interesados por las explicaciones en clases y no solamente muestren curiosidad por lo que suceda fuera de la institución educativa.