Lamentablemente la agresividad está presente en la mayoría de relaciones sociales de todos los ecuatorianos, nuestro diario vivir muchas veces está lleno de insultos, poca amabilidad y falta de respeto mutuo tanto a hombres y mujeres.
A nuestra gente le hace falta amor, reconocer al otro como alguien que también siente, piensa y que también necesita ser escuchado.
Este amor comienza en casa dando ese espacio desde que somos niños, cambiando castigos y chantajes por más escucha y comunicación.