Estuve de visita con mi familia en el Centro Histórico, no lo habíamos visitado desde hace algún tiempo. En nuestro andar nos cruzamos con muchos turistas sonrientes con sus cámaras, captando la mejor foto, incluso pude observar que tenían fundas de mangos en sus manos, otros comentaban que querían pristiños, cada uno viviendo a flor de piel nuestra cultura.
Pero la realidad es otra a la que tal vez ellos esperaban ver, al continuar nuestro camino no faltaba en cada esquina basura, gente haciendo sus necesidades en cualquier rincón, lo que no solo provoca un olor desagradable, sino una impresión terrible, el comercio informal por doquier, una falta de organización totalmente visible, sin que nadie les ponga un alto.
Duele ver como nuestra querida ciudad está en el peor descuido, que le va quitando esa luz como Patrimonio Cultural de la Humanidad, esa que nunca debe apagarse pero que lamentablemente parece no importar a las autoridades que supuestamente son las responsables, no se entiende como para muchos turistas nuestro Centro Histórico está en su lista de viaje, y para nosotros que debemos valorarlo y cuidarlo, no nos importa.