Mientras decenas de pasajeros esperaban por el bus que les llevara a su destino, Gissela Recalde impedía que su hijo de 8 años topara un vidrio roto. El cristal destrozado estaba en una de las puertas de la parada La Mascota, del Corredor Sur Occidental.
“Si no estaba pendiente de mi hijo, se hubiese cortado el dedo”, comentaba Recalde. En la parada El Pintado también se nota el deterioro de la infraestructura, que pone en riesgo a los pasajeros. Una cinta amarilla advierte el peligro por la falta de vidrios.
Richard Santiana, estudiante del colegio Amazonas, comentaba que los daños están desde las primeras semanas que empezó a funcionar el Corredor (14 de mayo de este año). “Hasta ahora no hay quien arregle”.
Otras paradas que también están afectadas son Chillogallo, La Magdalena y San Roque.
El gerente de la Empresa de Pasajeros de Quito (EPQ), Carlos Poveda, explicó que la principal causa de los daños son los accidentes involuntarios causados por los conductores de los buses.
“Estos se producen, principalmente, porque quienes manejan se olvidan de levantar la rampa cuando arranca el bus y se produce la rotura de vidrios y la torcedura de la infraestructura”.
Otro de los factores, en opinión de Poveda, es la falta de costumbre de embarcar y desembarcar pasajeros por el lado izquierdo. Es preciso indicar que los choferes de estas unidades antes conducían buses convencionales, que tienen puertas al lado derecho.
Byron Cabrera, un jubilado que utiliza el Corredor para trasladarse al Hospital del IESS, aseguraba que ese tipo de inconvenientes generan una imagen negativa del transporte público. “Pero hay que usarlo, porque no tengo otra alternativa, por ahora”.
El Corredor Sur Occidental, actualmente, transporta a un promedio 190 000 pasajeros cada día y con la reanudación de clases se espera que esta cifra se eleve a 215 000 usuarios.
Poveda reconoce que hay problemas de infraestructura en algunas paradas. Por esa razón, se realizó un estudio del estado de la infraestructura, con el propósito de solucionar los inconvenientes.
“En estas semanas van a comenzar los trabajos de reparación y máximo en un mes estarán listas las paradas”, explicó Poveda.
En esta primera etapa de reparación, los costos serán asumidos por el Municipio, porque se considera que son inconvenientes que pueden ocurrir dentro de los primeros tres meses de funcionamiento, hasta que los conductores se acostumbren al nuevo sistema. Los daños causados en el futuro serán asumidos por las cooperativas y el Cabildo.