Lenin Preciado viajó a Japón el sábado y prevé sumarse a la selección nacional en julio. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
Sonia Alvarado lloró cuando su hijo, el judoca Lenin Preciado, le contó que se iría a vivir un año a Japón. El deportista machaleño obtuvo una beca de entrenamiento en la Universidad de Tokai, en la capital nipona, gracias a su buen rendimiento deportivo.
Aceptó la propuesta de inmediato, pero sabía que su mamá sufriría por su viaje. “Ella se puso mal, no le gusta cuando voy a campamentos de entrenamiento, ahora es un año completo. Sabía que se pondría así, no encontraba la manera de decírselo”, contó Preciado.
El judoca es el último de 10 hermanos y aunque vive en Guayaquil hace siete años, en la concentración de la selección de judo, viajaba periódicamente a su ciudad natal para compartir con sus familiares.
Luego de un momento de tristeza, la mujer abrazó a su hijo y le deseó éxito en su desarrollo personal. El deportista viajó a territorio japonés el sábado, tras completar la documentación migratoria.
A mediados de mayo le confirmaron su viaje, pero fue en febrero cuando recibió la propuesta de seguir con su preparación en Japón, cuando estaba en Francia, en una gira europea como parte de un programa de apoyo internacional.
Según contó su entrenador, José Romero, Preciado fue escogido por la Comisión Deportiva y de Educación de la Federación Internacional de Judo, a través de Solidaridad Olímpica Internacional. Ellos se fijaron en la proyección del ecuatoriano, su técnica y condiciones.
“Se trata de un programa de los organismos deportivos internacionales, para apoyar a los judocas que tienen talento, pero en cuyos países hay limitaciones. No es solo de ir a entrenarse, incluye otras cosas como competir, aprender el idioma…”, dijo Romero.
El entrenador mantiene contacto telefónico con el orense, y cuenta que estos primeros días en Japón fueron de adaptación. Lo nota animado en cada conversación telefónica que tienen.
Preciado forma parte del equipo de la universidad de Tokai, que permanentemente participa en torneos de ese país. También asistirá a prácticas con la selección japonesa de judo, como miembro de la delegación.
Además de aprender, el ecuatoriano también enseñará sus movimientos a los deportistas menores. Le gusta ser profesor, cuando viaja a Machala suele entrenarse con los niños que asisten a las escuelas de la Federación Deportiva de El Oro.
El orense de 25 años tiene claro que esta es una oportunidad de escalar en su rama deportiva y de prepararse para los Juegos Olímpicos, que serán en Tokio en el 2020.
“Debo dar todo, si se me abren otras puertas aprovecharé. Sueño con una medalla olímpica y este es el camino que tengo que seguir, estaré lejos de mi familia pero son sacrificios que hay que hacer para cumplir sueños”, dijo.
Romero contó que por ahora está en conversaciones, mediante correo electrónico, con los principales de la universidad nipona. Su intención es que el deportista permanezca en ese país durante este mes y el 3 de julio se sume a la selección ecuatoriana, para el Grand Prix de Canadá.
“En caso de que no pueda sumarse para ese torneo, la idea es tenerlo en el país 10 o 15 días antes de los Juegos Panamericanos de Lima, que serán entre julio y agosto, para que se readapte al uso horario”, explicó el entrenador de la selección nacional.