El Convenio con los multilaterales encabezados por el FMI tiene algunos atributos: el monto del mismo cercano al 10% del PIB es una cifra significativa, el número de participantes incluye nuevos actores como el Banco Europeo de Inversiones y la Agencia Francesa de Desarrollo, involucra metas sociales que son sin duda importantes, el alcance del programa por los 3 años de extensión es favorable por el período de cobertura, la inclusión de reformas que cambien ciertas estructuras como la tributaria o laboral hacen que el efecto del programa sea de mediano y largo plazo, las operaciones de crédito a largo plazo y a tasas de interés menores al 5% anual son condiciones favorables, el mensaje del Acuerdo a la comunidad internacional es positivo pues ya ha impactado positivamente en la reducción del riesgo país, entre otros beneficios.
Dadas las condiciones de la economía ecuatoriana por excesos acumulados por más de una década, la búsqueda por recuperar la estabilidad económica y dotar de mayores garantías al país para una senda de crecimiento, era casi imposible de lograr sin apoyo internacional. Por lo tanto, cualquier crítica que se realice al Acuerdo como un convenio perjudicial para el país está alejada de la verdad y de la realidad que sigue viviendo la economía ecuatoriana. Sin embargo, debe entenderse que un Acuerdo con el FMI no es ni la solución de todos los problemas ni el causante de todos los males. Es un instrumento que si se complementa con otras políticas, con decisiones equilibradas, prudentes y razonadas en el ámbito económico y político, puede dar resultados beneficiosos.
El escenario del Acuerdo establece para los siguientes años tasas de crecimiento económico de -0.5% el 2019, 0.2% el 2020, 1.2% el 2021 y 2.7% el 2022. En las cifras de inversión extranjera para esos mismos años se estiman valores cuya cifra más alta es de USD 1 604 millones. Solo en el caso de estas dos variables se puede evidenciar que hay muy poco dinamismo del sector privado, lo que conspira para el crecimiento económico y el empleo. Mantener 4 años de estancamiento sin posibilidad de recuperar un solo puesto de trabajo es un serio problema social y político.
En urgente complementar el programa del FMI con algunas decisiones como identificar proyectos insignes de rápido impacto para atraer inversión privada nacional e internacional en magnitudes importantes. Los sectores petrolero y minero, la presencia de banca internacional grande, el turismo y la agroindustria pueden ser sectores atractivos. Incentivar con algunos beneficios, como han hecho otros países, para repatriar capitales es otra vía. Bajar gradualmente aranceles sin complicar al Presupuesto para promover mayor producción interna también puede ayudar. Sin ese tipo de acciones el costo del ajuste será mayor.