Los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del G20 se reúnen el sábado y domingo en Ciudad de México para analizar la crisis financiera mundial, a menos de una semana de que en Europa concluyera una serie de negociaciones para el rescate de Grecia.
Este acuerdo resta presión a la reunión de las veinte mayores economías, que representan el 85% del PIB mundial y que podrán revisar tranquilamente temas pendientes, como las reformas estructurales y fiscales para corregir los desequilibrios que condujeron a la crisis, barrera indispensable para prevenir contagios.
Para Estados Unidos, “la recuperación aún es frágil y vulnerable a sacudidas, y el G20 debe permanecer activo y alerta ante potenciales riegos”, dijo el miércoles Lael Brainard, subsecretaria del Tesoro estadounidense.
“La crisis de la zona euro sigue siendo la principal amenaza al crecimiento global, y por supuesto para nuestra propia recuperación. En Ciudad de México discutiremos con nuestros pares del G20 el asumir compromisos concretos, en el plan de acción, por parte de los países miembro para alcanzar un crecimiento fuerte, sostenido y balanceado”, añadió.
Los europeos esperan que la reunión permita avanzar en el aumento de recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI) para ayudar a que la zona euro alcance una solución más permanente a su crisis de la deuda.
Para demostrar su compromiso en ese sentido, las naciones de la zona euro prometieron en diciembre pasado contribuir con 150.000 millones de euros (192 000 millones de dólares) en forma de préstamos bilaterales.
A cambio, los europeos esperan que los países emergentes, que se han mostrado reservados, acepten también participar en la operación para que el FMI cuente con recursos suficientes para enfrentar el riesgo de contagio de la crisis en Europa.
El financiamiento del FMI “debe tener una dimensión mundial”, comentó en días pasados Amadeu Altafaj, portavoz de asuntos económicos de la Comisión Europea.
El FMI espera de su lado un mayor compromiso de la zona euro. La directora gerente del organismo, la francesa Christine Lagarde, ha presionado a los europeos para que acepten incrementar los recursos de su propio fondo para emergencias.
Estados Unidos comparte esta demanda ya que “los recursos del FMI no pueden sustituir una barrera europea fuerte y creíble”, subrayó la subsecretaria Brainard.
México, presidente en ejercicio del G20, busca de su lado poner el acento en una mejor regulación mundial de los bancos y los organismos financieros. “Es un tema importante para México”, dijo a la AFP Miguel Messmacher, titular de la unidad de planeamiento económico de la secretaría de Hacienda.
“Tuvimos nuestra crisis de 1994-1995, pero aprendimos la lección, fortalecimos la supervisión y regulación del sistema bancario de tal forma que no se vio realmente afectado por la crisis financiera internacional”, añadió.
Otros temas que México busca promover durante su presidencia es la necesidad de que la oferta de las materias primas y energéticas sea acorde a la demanda y la economía verde, explicó Messmacher.
De la reunión de este fin de semana, que junto con otro encuentro ministerial en abril es preparatoria de la cumbre de Los Cabos de junio próximo, no se esperan grandes anuncios.