Tal como ocurrió con otros anuncios pasados (como la implementación de un paquete de impuestos ambientales o la idea de prohibir la importación de calefones), la más reciente amenaza del presidente Rafael Correa de nacionalizar la banca volvió a tomar desprevenido a su equipo económico.
El pasado sábado, el Mandatario, en el enlace sabatino, anunció que el Bono de Desarrollo Humano (BHD) subirá de USD 35 a 50 mensuales, a partir del 1 de enero del 2013. Según datos del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), 1 912 240 personas se benefician de ese bono.
Este aumento sería cubierto con las utilidades que genera el sector bancario privado. “Y banquero que no quiera no se preocupe. Le compramos el banco y nacionalizamos la banca (…) No me había atrevido a hacerlo por la falta de consenso, pero ahora ya lo hay”, afirmó el Mandatario.
Y, tal como ocurrió con la reforma tributaria ‘verde’, aprobada tras casi un año de trabajarla, o con la prohibición de importar calefones, que finalmente no cuajó, los ministros se encuentran ahora también en ‘fojas cero’.
En efecto, la ministra de la Política Económica, Jeannette Sánchez, señaló en Guayaquil que todavía no tiene claro el paquete de medidas que se tomaría para obtener los fondos para cubrir el BHD. “Estamos recién analizando, pero lo haremos sin causar ni una dificultad al sistema financiero”. Además, la funcionaria explicó que “el Presidente no ha dicho que va a nacionalizar la banca. En el caso que alguien tuviera dificultades o problemas en aceptar alguna medida se puede llegar a otras opciones”.
Estas declaraciones las hizo durante un conversatorio con estudiantes de la Universidad de Guayaquil sobre la actualidad económica y productiva del país, el pasado miércoles, en el auditorio de Medicina. En un salón casi lleno, Sánchez y su par, el ministro Coordinador de la Producción, Santiago León, dejaron en claro que las medidas que tomará el Gobierno para subir el BDH aún están en estudio y añadieron que no se ha tomado una decisión.
Según la Constitución, los recursos que se destinen para el BDH deben ser de fondos permanentes, pero las utilidades que genera la banca no lo son. Para León, aún no hay nada determinado, pero está seguro que hay que generar más ingresos permanentes, como son los impuestos.
Sin embargo, Sánchez declaró que el dinero que se necesita para el incremento del BDH puede ser obtenido mediante los ingresos permanentes de la banca que se dan por la vía tributaria.
Lo único que tienen seguro ambos ministros es que el dinero que necesitan para cubrir el BDH, en el 2013, es de USD 820 millones. Actualmente, el Estado destina al BDH alrededor del 3% del Presupuesto General, el cual está calculado en USD 26 510 millones.
De todas maneras, la propuesta gubernamental preocupa principalmente al sector financiero. Para Marín Bautista, gerente de Financop, quizás el anuncio solo fue una expresión del Presidente. “Hay que ver el sistema financiero en una perspectiva mucho más amplia. Cumplimos con un objetivo fundamental en la economía y lo que hay que hacer es impulsar al sector financiero y al de la economía popular y solidaria”.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Mutualistas, Mario Burbano de Lara, explica que la idea puede provocar un desincentivo hacia el sistema financiero. “Entiendo que el mensaje del Presidente va encaminado a propiciar una fuente de financiamiento para el bono de desarrollo, pero no genera mayor confianza para los inversionistas”.
Desde otros frentes, el anuncio gubernamental también causa polémica. Según el ex ministro de Finanzas, Diego Borja, en una entrevista realizada por Radio Visión, señaló que “las utilidades de la banca provienen de hacer funcionar los depósitos que todos los ciudadanos tenemos en la banca para que entreguen créditos a sectores que crezcan”.
Otras reacciones
El analista Jaime Carrera explica que “es importante desvincular la entrega del bono a la gestión de una persona o al mesianismo del Estado, porque quien está pagando el bono es la sociedad no el Estado”.
El candidato presidencial Alberto Acosta aconseja que las personas que reciben el bono se sometan a una verificación y en algún momento formen parte de las estadísticas de empleo.
El economista Enrique Dávalos ve un riesgo para la imagen financiera del país y para atraer capitales extranjeros.
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