Las elecciones en México pueden determinar un nuevo momento con la fuerza que experimenta la candidatura de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de la coalición Juntos Heremos Historia, frente a las tradicionales del oficialista PRI y la del derechista PAN, que tuvo el privilegio del romper el monopolio priísta en dos sexenios.
López Obrador llega hasta el umbral del 40% según publicación de Forbes del 30 de abril que cita a SDPNoticias México Elige.
José Ricardo Anaya, del PAN, junto con el PRD y otra fuerza menor, superó apenas en días recientes a José Antonio Meade, de una coalición que lidera el gobernante PRI, el partido del presidente Peña Nieto.
La metodología con más de 17 000 encuestados se realiza por Facebook –algo poco tradicional y no se sabe si estadísticamente adecuado – pone a AMLO con 41,4%, seguido por Anaya con 24,7% y Meade con 22,2%. Además, Margarita Zavala tiene 4,8% y Rodrigo Calderón, 3,1%.
López Obrador perdió dos elecciones presidenciales anteriores aunque siempre aludió a un fraude a cargo de la autoridad electoral.
Arremetió contra los grupos empresariales poderosos que en número de 60 representan a parte importante del PIB y que generan millones de plazas de trabajo.
AMLO acusó a los delegados de los grupos más grandes de intervenir en el proceso electoral y reunirse con Peña Nieto para busca que el candidato del PRI decline su candidatura en pro del PAN y así impedir su triunfo. Los 36 000 empresarios agrupados en Corpamex rechazaron la imputación.
En esa atmósfera otro poder oculto y gigante incide en la economía y afecta a la seguridad: las mafias de los narcotraficantes que no ha podido ser vencido por las fuerzas del orden y ha sembrado terror y muerte.
El futuro presidente no debe perder de vista la situación del TLC con Canadá y EE.UU., en punto crítico por la postura de Donald Trump y además la vejatoria intención de ampliar el ya famoso muro.