‘Si no tenemos garantías de una vivienda fija no firmemos ningún acta de compromiso vecinos”, decía en voz alta Bertha Gómez, moradora desde hace 19 años del barrio La Forestal IV. Ella vive junto a dos familias más en el lote 11B. Su casa es una de las 76 viviendas asentadas al borde de una ladera, considerada una zona de alto riesgo.
Las casas están localizadas a lo largo de una franja, en la parte alta de la av. Simón Bolívar. Esta se extiende por aproximadamente un kilómetro, desde el estadio hasta las antenas en la calle Ipias.
El pasado viernes, un nuevo derrumbe alteró la tranquilidad de los vecinos. Se calcula que 6 000 m³ de tierra, piedras y material pétreo descendieron por la pendiente. Eso obstaculizó la Simón Bolívar y volvió a evidenciar el riesgo en el que viven los moradores de ese barrio. El 4 de junio del 2009 ocurrió un derrumbe de similares características.
El Municipio busca integrar a estas viviendas en el plan de relocalización. Los vecinos se reunieron con representantes de la Administración Zonal Eloy Alfaro, desde las 10:00 hasta las 13:00 del último sábado.
Cinco días de plazo para desocupar las viviendas, un bono humanitario de USD 200 mensuales, por un tiempo máximo de tres meses, y el compromiso de facilitar el proceso para la relocalización de las casas mediante un plan de vivienda con el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi), fue la propuesta de la Alcaldía, redactada en un acta de compromiso.
En la tarde del sábado, representantes del barrio y del Municipio visitaron un terreno de tres hectáreas, en el sector de la Mena Dos. Ahí, según Fernando Lara, administrador encargado de la Zona Eloy Alfaro, se construirá un conjunto habitacional para la reubicación de las familias en riesgo.
Pero los vecinos acordaron no firmar el documento. Cristóbal Lalangui, dirigente del barrio, explicó que hasta que ellos no tengan una garantía de que van a poder reubicarse en una nueva vivienda, no saldrán de sus casas.
La Forestal alta es un barrio que está en proceso de legalización. El asentamiento comenzó hace 18 años. Ninguno de los moradores cuenta con escrituras de los lotes en los que viven. Sin embargo, el barrio cuenta con servicios básicos: agua, luz y teléfono. Hace pocas semanas se iniciaron los trabajos de alcantarillado.
“Si nos vamos de aquí, derrumban nuestras casas y después de tres meses ya no recibimos ayuda ¿Qué vamos a hacer? ¿En dónde vamos a vivir? ¿A quién vamos a reclamar si somos ilegales?”, decía con angustia Maribel Achig.
Cecilia Amagua vive en un lote junto a la casa barrial. Para entrar hay que cruzar un puente improvisado hecho con tablas.
Su casa es de loza. En la parte trasera hay fisuras causadas por las fuertes lluvias y por la inestabilidad del terreno en el que fue construida. Ahí viven tres familias: seis adultos y nueve niños.
“Las personas del Municipio nos dicen que busquemos donde arrendar por tres meses, que nos van ayudar con USD 600. Nadie me va arrendar un cuarto con mis siete hijos. No es tan fácil como ellos dicen”, dijo Amagua.
La casa de Juan Carpio, también está ubicada en la pendiente que limita con la av. Simón Bolívar. Él sembró árboles alrededor de su vivienda para protegerse de los derrumbes. También se negó a firmar el acta de compromiso que presentó el Municipio.
Al término de la reunión del sábado los 30 empleados del Municipio no pudieron realizar el levantamiento de la información socioeconómica de las cerca de 96 familias que viven en ese sector. Tampoco se pudo entregar las notificaciones de vivienda en riesgo, como se tenía previsto.
Ayer, el personal del Cabildo regresó al lugar. Esta vez, la mayoría de vecinos entregaron la información sobre su situación social y económica. Hasta las 10:20 se censó a 23 familias. Aún no había un acuerdo firmado entre las partes para la relocalización
Seis carriles habilitados
La av. Simón Bolívar en el sector La Forestal que fue cerrada el viernes a las 20:00 por el derrumbe, ayer funcionó normalmente. Los vehículos circulaban por los seis carriles en ambas direcciones, hacia el norte y el sur.
En ese trayecto había dos rótulos que advertían el peligro de deslaves. En el talud, en el lado occidental de la vía, aún se observa bloques de tierra húmeda, piedras y raíces de árboles.
En el punto donde ocurrió el accidente, el Municipio instaló unos bloques de concreto y 10 tanques para contener la tierra que todavía resbala por la pendiente, pero en menor cantidad.
Uno de los tres carriles, en sentido norte-sur, está interrumpido en un tramo de 300 metros. No obstante, no hubo congestión.
Una zona de alto riesgo
El 14 de abril, el alcalde Augusto Barrera declaró la emergencia en ocho zonas: La Vicentina Baja, Paluco, San Francisco de Miravalle, La Colmena, La Libertad Baja, San Juan, La Garzota y Buenaventura.
Cuatro fallecidos dejan como saldo las lluvias. Todos perecieron en deslizamientos que sepultaron sus viviendas.
Según la Secretaría de Seguridad, 500 familias deben ser relocalizadas. Sus viviendas están en zonas de riesgo no mitigable.
En La Forestal IV se construía un canal para el desvío de las aguas servidas y del agua lluvia que baja por la ladera que limita con la av. Simón Bolívar.
Tres derrumbes de gran magnitud ocurrieron entre el 5 de mayo y el 4 de junio del 2009. En el último 6 000 m³ de tierra bajaron por la ladera.