Project Syndicate
Nunca una legislación etiquetada tanto como una reducción de impuestos y una reforma fiscal ha recibido tanta desaprobación y burla como el proyecto de ley aprobado por el Congreso estadounidense y promulgado como ley por el presidente Donald Trump justo antes de Navidad. Los republicanos que votaron a favor (ningún demócrata lo hizo) del proyecto de ley afirman que su regalo será apreciado más adelante, a medida que los estadounidenses vean aumentar su salario neto. Se puede decir casi con seguridad que se equivocan.
La legislación no es una “reforma fiscal” incluso según la lectura más flexible. La reforma implica el cierre de escapatorias fiscales distorsionantes y el aumento de la equidad del código tributario. Lo fundamental para la equidad es la capacidad de pago. Pero esta legislación tributaria reduce los impuestos en decenas de miles de dólares, en promedio, para los que más pueden pagar. Y, cuando se implemente por completo (en el año 2027), aumentará los impuestos que deberán pagar la mayoría de los estadounidenses en la parte media de la distribución de ingresos.
El código fiscal de EE.UU. ya era regresivo mucho antes de la presidencia de Trump. De hecho, el inversor multimillonario Warren Buffett, uno de los hombres más ricos del mundo, manifestó su famosa queja sobre que era un error que él pagara una tasa impositiva más baja que su secretaria. La nueva legislación hace que el sistema tributario estadounidense sea aún más regresivo.
Ahora se reconoce universalmente que la creciente desigualdad es un problema económico clave en Estados Unidos, y que quienes están en la parte superior de la distribución de ingresos capturaron casi todas las ganancias del PIB durante el último cuarto de siglo. La nueva legislación echa sal a la herida: en lugar de contrarrestar esta tendencia preocupante, la “reforma” de los republicanos da aún más a quienes están la parte superior.
Una economía más distorsionada no es una economía saludable. El Fondo Monetario Internacional ha enfatizado que una sociedad más desigual empeora el desempeño económico – y la nueva legislación fiscal conducirá inexorablemente a ello .
Gran parte de la complejidad y distorsión en el código fiscal de Estados Unidos surge de diferentes tipos de ingresos gravados a diferentes tasas. Tal tratamiento diferencial conduce no solo a la percepción (correcta) de que el código fiscal es injusto, sino también a sus ineficiencias: los recursos se trasladan a sectores favorecidos y se desperdician a medida que las empresas intentan convertir sus ingresos y actividades en las formas más favorecidas. Se han retenido las peores disposiciones del antiguo código fiscal, la escapatoria para intereses devengados, que permite a las empresas de capital privado que destruyen empleos paguen impuestos a tasas bajas.