Desde siempre y, hoy más que nunca, los pequeños emprendedores capitalinos han venido y vienen sufriendo una serie de atropellos, extorsiones, obstáculos y multas por parte de la Administración Municipal, el Ministerio del Turismo, el Cuerpo de Bomberos, etc. que les impide continuar laborando satisfactoriamente en su honrado y, porque no decirlo, sacrificado trabajo.
En esta ocasión, quiero referirme, expresamente, a los bares, discotecas, karaokes, restaurantes y otros pequeños negocios ubicados en el sector de la Mariscal mismos que, aparte de sustentar económicamente a muchas familias, sirven, además, para fomentar e incrementar el turismo en esa concurrida zona capitalina.
Conozco que, por una disposición del Municipio (ordenanza 127), a estos pequeños emprendedores no se les están facilitando los permisos, sin que medien razones valederas, dejando en el abandono y desempleo a centenares de trabajadores honestos, cuyos pequeños o medianos negocios son su única fuente de ingresos.
En tal virtud, los dueños de negocios y los trabajadores requieren que, con la urgencia del caso, se revea esta situación y se apoye, preferentemente, a los pequeños empresarios a seguir manteniendo sus negocios simplificando, de ser posible, los engorrosos y onerosos trámites y más rubros que, año tras año, están obligados a pagar.