Más rápido cae el mentiroso que el ladrón.
El secreto a voces era el gran maquillaje y ocultamiento del real endeudamiento del país, como lo indicó el Presidente de la República. Se debería castigar a estos seudo administradores, economistas, genios financieros, que dejan al país casi quebrado, con una deuda sobre los USD 60 000 millones, luego de tener más de 350 000 millones de ingresos. Engaño tras engaño, alguien tiene que ser el culpable de estos juegos numéricos. No es cuestión de decir vamos a salir adelante y qué pasa con esos diez años de despilfarro, sobreprecios, vida de reyes, decisiones absurdas, malas planificaciones, que nos toca pagar a los ecuatorianos.
Existió un clamor ciudadano por la absurda ley de plusvalía, entendidos dijeron que era contraproducente, pero tenían que salirse con la de ellos, salió la famosa ley y actualmente se ve el fracaso, no hay un solo asambleísta de AP que haya salido a decir, disculpen nos equivocamos, se creen infalibles.
Se tiene que decir con nombres y apellidos los culpables del ocultamiento de información, desvanecimiento de deudas, falta de control, los que votaron sin reflexionar por leyes que han perjudicado de forma inmisericorde al pueblo ecuatoriano. Que den la cara los “pinochos”.