El Presidente de la República ha informado que la situación de la economía del país “es crítica”. Señaló que debido a la reducción del precio del petróleo, los bajos precios de las materias primas, la apreciación del dólar, además de los efectos del terremoto de abril del 2016, el gobierno tuvo que recurrir a financiamiento externo e interno. Ha dicho además que las decisiones que se tomaron (durante el gobierno de Correa), no fueron mesuradas y se puso al límite la sostenibilidad de nuestra economía.
Es difícil imaginar que el presidente Moreno no haya conocido en su debido momento la verdadera situación de la economía nacional; tanto más si fue parte de los 10 años de la “década ganada”.
El Presidente ha señalado que en septiembre anunciará el programa económico de los próximos cuatro años. Es de suponer que tal programa contemplará, entre otras cosas, un ajuste del gasto público.
Me permito sugerir al señor Presidente, que desde ya prohíba tanto viaje al exterior de funcionarios, ya que para esto tenemos embajadores en varios países; también, que se venda al menos uno de los dos aviones que compró el presidente anterior; que se eliminen oficinas burocráticas que no cumplen papel en el desarrollo del país; que no se contrate más personal en ministerios y entidades públicas; que se elimine la seguridad tan costosa que tiene Rafael Correa en el exterior y, que no se premie a los funcionarios del anterior régimen, enviándolos a cargos en el exterior. Prediquemos con el ejemplo.