He leído esta mañana un artículo sobre la denuncia a dos operadoras de servicio de taxis ante autoridades de Guayaquil. Me llama la atención que en este caso la AMT de oídos a grupos que buscan monopolizar un servicio vital para sus usuarios. Estoy convencido de que el buen uso de la tecnología mejora y facilita la vida de los ciudadanos, y es lo que hacen estas dos empresas. Desde mi punto de vista, las autoridades lejos de prohibir su funcionamiento en Guayaquil y otras ciudades del país, lo que debería buscar es normarlo e incentivar a los taxistas “formales” a mejorar su servicio, a tecnificarse, y sobre todo en Guayaquil, a que usen el taxímetro y el aire acondicionado.