El escritor Witold Gombrowicz sustenta que la historia de la cultura demuestra que la estupidez humana es la hermana gemela de la razón.
En la cotidianidad de las carreteras del país, testimonio esta paradoja. La razón ha creado los semáforos para coordinar el tránsito vehicular y peatonal, no obstante la estupidez ha acortado el tiempo de la señal amarilla de prevención a tan solo tres segundos. Si conduces despacio, el amarillo te atrapa justo cuando estas frente al semáforo, no puedes evitar terminar de atravesar la calle transversal en rojo. El amarillo preventivo, trastocado en riesgo. Ahora los conductores al observarlo, aceleran.
¿Es la artera intención de incrementar el erario nacional a través de multas que ha permitido este cambio en la programación de los inmaculados semáforos?