En nuestra América Latina y Ecuador, la corrupción viene acentuándose desde la misma colonia, y esto está conectado a nuestra cultura y prácticas de modo de ser y actuar, que se resume en idiosincrasia, que desemboca en que nuestra nación, país y población, se consideren corruptos en mayor y en menor grado.
Los investigadores y científicos en desarrollo, ciencia política, sociología, historia, dan cuenta que somos los que debemos ser consultados y asesorar al más alto nivel, en cómo combatir esta lacra, enfermedad o cáncer de nuestra sociedad..
En la primera administración del ex presidente Rafael Correa, propuse implementar mi proyecto, de cómo empezar esta lucha, y es y debió ser, mediante un proyecto para implementarse en 30 años, mi proyecto fue aprobado por el Senplades y sumillado a cultura, pero de aquí no avanzó, porque lo que entendieron por cultura, no fue ni es bien entendido.
La presente administración, tampoco tiene un marco y plan de manejo de toda la sociedad en su conjunto, porque no solo es necesario un Consejo de Anticorrupción, que apenas trate de controlar a 800 000 gentes (todo el aparato de Gobierno) mientras se quedarían más de 15 millones de población, siendo corruptos y a la deriva, por ello es necesario un plan o proyecto como el presentado hace 7 años, que llegue a saber cómo están los niveles de corrupción (estudio e investigación estadística) en las diferentes clases sociales, niveles socioeconómicos, entidades educativas, profesiones, universidades, organizaciones todas, ciudades y pueblos, regiones distintas del Ecuador, etc . ha matado a la sociedad latinoamericana por dos centurias.
Así, la empresa constructora Odebrecht tendría la mayor culpa del 70%, mientras que los que fueron involucrados en actos ilegales, tendrían el 30% de culpabilidad.