Los precios del petróleo empezaron a caer desde finales del mes pasado y existe el riesgo de que esa tendencia continúe. Eso puede ocurrir si la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) no logra mantener su acuerdo de reducir la oferta de crudo, lo cual es poco probable debido a las diferencias dentro y fuera de este cartel.
Desde que la OPEP llegó a un consenso en noviembre pasado, con la ayuda de países por fuera de la OPEP como Rusia, el precio del barril de petróleo ecuatoriano registró un repunte y se estabilizó en USD 44.
Ese precio se ha mantenido durante los cuatro primeros meses del presente año y ha sido un alivio parcial para las cuentas fiscales. Es un buen precio, 67% mayor comparado con el registrado en igual período del 2016, pero no es suficiente para cubrir las grandes necesidades de gasto del Gobierno.
Debido al compromiso con la OPEP, Ecuador ha tenido que reducir su volumen de producción de petróleo, una medida que termina el próximo mes y que ha dejado más dólares a las arcas fiscales.
La interrogante para las autoridades es qué pasará este 25 de mayo en Viena, cuando la OPEP se reúna para definir si el recorte de producción se mantiene, se amplía o se da por terminado. El mercado petrolero apuesta por lo último. Se sospecha si Rusia cumplió su parte del acuerdo, pero hasta ahora no se ha pronunciado sobre seguir o no con la medida. Otros miembros de la OPEP se preguntan si el esfuerzo vale la pena cuando otros países están sacando provecho sin hacer ningún esfuerzo. Uno de ellos es EE.UU., que empezó a bombear más petróleo gracias a que los actuales precios permiten poner en producción pozos que no eran rentables.
Ante un escenario de menores ingresos por venta de crudo solo hay tres alternativas para el Gobierno: reducir los gastos, conseguir más financiamiento o dejar de pagar las deudas a los proveedores. El Régimen ha optado por un mayor endeudamiento y atrasos en el pago a proveedores, pero ambos son insostenibles.