Empleados y propietarios de negocios comercializadores de calefones temen perder su fuente de ingresos por el anuncio del Gobierno de prohibir la producción e importación de estos aparatos.
Este Diario visitó ayer siete locales de venta de calefones en Quito. En tres de ellos la demanda del producto se había disparado porque se teme que escasee en los próximos días.
Eso ocurrió en el local del grupo K.Kraaee, en el norte de Quito, que importa calefones de Taiwán. En esta empresa se informó que en la mañana de ayer se vendieron 21 calefones, el triple de las ventas que se logra en todo el día.
En otro local, Mario L. indicó que la alta demanda se debe a la restricción anunciada por el presidente Rafael Correa en su cadena del sábado pasado. El empleado se mostró preocupado porque podría perder su empleo.
Paúl Cárdenas, propietario de comercial El Gatito, afirmó que sus ventas se verán afectadas hasta en un 45% con la restricción, ya que durante siete años ha sido el principal producto que ha comercializado.
Advirtió que con ello no solo se perjudicará su negocio, sino a plomeros y técnicos que trabajan en la instalación de estos equipos.
Entre las principales marcas se encuentran Yang, Boch, Ecasa, Lee e Istamatic. Los precios oscilan entre USD 120 y USD 400, dependiendo de la potencia que tengan los aparatos, lo cual está determinado por el número de duchas y llaves de agua que pueden calentar al mismo tiempo.
Consultores eléctricos consultados coinciden que en un hogar de hasta cuatro personas, el consumo de combustible por calefón es de 1,5 cilindros de gas al mes.
Es decir, un equivalente a USD 20 de subsidio total, ya que cada tanque se comercializa a escala internacional entre USD 14 y 15, mientras que en el Ecuador su costo es de USD 1,6.
Mientras que usar una ducha eléctrica aumentaría el consumo de energía entre 60 y 80 kilovatio hora al día, donde el Estado asumiría USD 2,40 de subsidio.
Andrés Barrionuevo, propietario de un local de calefones, a pocas cuadras de la base Aérea Mariscal Sucre, explica que los principales perjudicados con la medida serán los propios usuarios, que tendrán que cambiar sus duchas a instalaciones eléctricas.
Estas últimas, dice, tienen limitaciones al calentar ya que disminuye la presión del agua y tienden a dañarse con frecuencia.
En un recorrido por los almacenes La Ganga y Lee, se informó que los calefones estaban agotados y que tenían problemas con desaduanizar las últimas importaciones de estos artículos.
Este Diario buscó la versión de la Corporación Aduanera del Ecuador respecto al tema, pero no consiguió respuesta.
El propietario de Instal Calefón, local de reparación e instalación de estos dispositivos, Marcelino Cadena, advirtió que no hay una alternativa real a la sustitución de calefones a gas porque en el caso de las duchas eléctricas se dispara el consumo de luz.
Indicó que en el mundo se usan paneles solares para calentar el agua, pero que en el país la compra e instalación de estos dispositivos podría llegar a USD 1 000.
El empresario dice que ha trabajado en la reparación de calefones durante 19 años y no sabe a qué se dedicará cuando comience a correr la restricción.
“Y no solo me afecto yo, sino cerca de ocho personas que trabajan conmigo entre plomeros, albañiles y técnicos”.
Todavía falta un informe oficial
La restricción de importar calefones aún está en estudio.
Ello lo dio a conocer la ministra coordinadora de la Producción, Nathalie Cely, quien además informó que se espera un informe del Ministerio de Electricidad (Meer) para tomar una decisión.
La restricción debe ser determinada en sesión del Consejo de Comercio Exterior (Comex), que según Cely, aún no se ha realizado.
Dentro del proyecto, también está el Ministerio Coordinador de Sectores Estratégicos.
La medida iría acompañada de un incremento de las tarifas eléctricas, según expertos y técnicos consultados, para recortar el subsidio de la electricidad que oscila en cerca de USD 0,04 por kilovatio hora (kW-h) al mes.
Estaba previsto para este año un incremento para quienes consumían más de 800 kW-h al mes, lo que todavía no ha sido aprobado.
Testimonios
Gioconda Espín/ Profesional
‘Con los calefones se ahorra electricidad’
No estoy de acuerdo con la restricción en la importación de calefones, porque con estos aparatos podemos ahorrar en el consumo de electricidad. Según escuché al Presidente (Rafael Correa), esta decisión está motivada porque no hay recursos para subsidiar el gas. Pero debería tomar otras medidas como controlar más la fuga del combustible por las fronteras donde prolifera el contrabando. No veo cuál será el ahorro, ya que tendremos que gastar más en el pago de electricidad cuando dejemos de consumir gas.
Patricia Herrera/ Ama de casa
‘En la Sierra se necesita el calefón, no es un lujo’
Para las personas que vivimos en la Sierra es una necesidad, no es un lujo. No estoy de acuerdo con que se prohíba la importación y la venta en el país. En la Costa, sabemos que no se usa. ¿Cuál es el problema si solo es una región?
El Presidente se debería preocupar de cosas más importantes como generar más empleo y trabajar con los afectados de las inundaciones que padece el país en estos momentos. No creo que se vaya a reducir el consumo del gas, porque no se ha parado el contrabando del producto.
Patricio Zabala / Profesional
‘Pago USD 45 de luz por tener ducha eléctrica’
Me parece un absurdo este tipo de restricción. De hecho estoy en busca de un calefón por los altos costos de la electricidad en mi casa, donde tenemos ducha eléctrica. Pago mensualmente USD 45 y las duchas se me dañan cada tres meses y por una nueva debo pagar USD 12. Con la medida, seguramente no va a crecer el consumo de gas, pero no creo que vaya más allá. El Régimen debería enfocarse en determinados estratos. Nuevamente nos están obligando a hacer lo que ellos quieren, no lo que podamos decidir.