De las obras maestras de George Orwell, aparte de “1984”, es la memorable fábula distópica “Rebelión en la Granja”, que fue publicada luego de muchas tribulaciones en 1944. Orwell tenía temor a la falta de la libertad de expresión en aquellos años y, en sus pensamientos, trataba de retratar y plasmar a los gobiernos totalitarios como el de Stalin en Rusia, entre otros.
Orwell se adelanta más de sesenta años y relata de una manera genial lo que estamos viviendo varias repúblicas en nuestro continente. Los cuadrúpedos somos los buenos y los bípedos son los malos. Siendo esta frase el origen de la revolución de las especies de la granja contra el granjero original.
Una de las especies logra controlar a todas las otras especies productivas de la granja. Su líder Napoleón, ayudado por Bola de Nieve, lograron que en base de leyes e imposiciones, logré la dominación y sometimiento, poco a poco con la ayuda de los perros fieles arrebatados. Crean obras estalinistas como el palacio de Moscú o el Centro Judicial. La especie gobernante se reunía, así mismo con los colegas de su misma casta, gobernantes de otras granjas, para disfrutar de ágapes y saraos en su palacio, custodiado siempre por los devotos canes.
Al final, luego del fallecimiento del caballo dominado; todas las otros, empezando desde las aves, gallinas, Benjamín, el burro, quien era el más inteligente y cínico, y los demás frenaron al tirano y lograron su libertad. Orwell murió en 1950, sin imaginarse jamás que lo plasmado en su superlativa obra sería el retrato actual totalitarista en el continente y de la especie gobernante, sin ser peyorativo.