Una extraña maldición parece señalar el destino de los seres…Todo gira en círculos concéntricos que terminan repitiéndose, destruyendo cualquier utopía por lograr convivir equitativamente y en paz. La historia de la humanidad ha sido es y será siempre la misma… guerras, dictaduras, masacres, inequidad y muerte, todas en el nombre de “construir un mundo mejor”…
El Péndulo siempre llega a un extremo y se devuelve al otro. No importa cuánto tiempo le tome. Y se repite continuamente, como la Piedra de Sísifo, dejando en el medio un espacio para la esperanza, y la utopía de que “esta vez será diferente”…
Me concreto. Fulgencio Batista… dictador y tirano, asesino y caudillo, en su comienzo. Tuvo su momento de esplendor… Y fue, con el paso de los años convirtiéndose en el paraíso de la mafia dura y el prostíbulo de Norteamérica… El pueblo sometido al hambre y cualquier intento de oposición castigada con la muerte, la tortura y el terror…
Surge un grupo de románticos, barbudos, que emprenden una lucha para cambiar ese régimen esclavista y lograr mejorar las condiciones de los trabajadores…una lucha suicida que, a la postre triunfó, conquistando la admiración de toda una generación… Convirtiéndose en el símbolo del cambio. Disparando, la rebeldía, despertando conciencias e ilusiones para estos países, latinoamericanos siempre subyugados al imperialismo yanqui aplastador e implacable… El, pueblo raso, que jamás había tenido voz, empieza a encontrarla…
¿Qué sucedió? ¿Por qué se quebraron todas las ilusiones? ¿Por qué ese sueño fracasó… y terminó convertido en una dictadura feroz, mutilando la libertad de expresión, asesinando y encarcelando opositores, y llevando a ese pueblo, obrero y campesino a los extremos más salvajes de pobreza y sumisión?
El Egocentrismo, el caudillismo, la soberbia mesiánica, la ambición de, poder y la corrupción son el común denominador de esta maldición… siempre con el mismo resultado…las víctimas, las pone siempre el pueblo…y el Péndulo sigue, indiferente…
Fidel, Somoza, Batista, Pinochet, Videla, Franco, Stalin, Gadafi… No importa la ideología…. todo se corrompe… y nada cambia…Las primaveras de la esperanza duran poco…son como, fuegos artificiales, que alumbran segundos para terminar estrellándose en cenizas que barre el viento…
Ahora nos toca Trump con su arrogancia ignorante, el enano Norcoreano, el Isis, los payasos trágicos de los Maduro y Asociados, los dementes del Brexit y otros, pseudo caudillos como Uribe en Colombia… no importa la ideología… todos sociópatas ególatras y corruptos… Y el pueblo raso, seguirá igual…jamás ha sido el verdadero motivo del cambio… Las cenizas de Fidel serán las mismas de todas. Cenizas del fracaso. ¡Mientras tanto el mundo, sigue girando…!
Columnista invitado